"Los jóvenes apenas participamos de la vida cultural de Madrid"

A los 15 años escribió su primer relato, dedicado a un profesor de segundo de BUP que le expulsó de clase por fumar. Desde entonces, ha garabateado decenas de cuartillas en blanco. Cuatro años más tarde, a los 19, Enrique Díaz-Berrio, estudiante madrileño de segundo curso de Filología Española se ha llevado el primer premio el Concurso e Relatos convocado anualmente por la Universidad Autónoma y dotado con ciento ciencuenta mil pesetas. Para escribir Muchacha de verde sobrefondo azul y gris se inspiró en algo tan cotidiano como la monótona vida que lleva un conductor de autobús, que sólo salva una dulce adolescente con atuendo -colegial.Pregunta. ¿Tan dura es la vida de un conductor?

Respuesta. Debe de serlo. Porque a menudo te subes a un autobús y se ve que el conductor va cabreado. Tiene que ser muy monótono hacer siempre la misma ruta, que se suba siempre la misma gente.

P. ¿Su relato está ambientado en Madrid?

R. En principio, sí. Siempre me inspiro en mi ciudad. Pero a medida que voy escribiendo voy improvisando y añadiendo cosas. A este relato, por ejemplo, le añadí el mar.

P. ¿Es lo que le falta a esta ciudad?

R. Sí. Si tuviera mar sería la ciudad perfecta. También tiene sus inconvenientes. Es una ciudad muy grande donde todo el mundo va a lo suyo. La gente apenas habla. Fíjese, todos solemos coger siempre el mismo autobús y nos conocemos de vista, pues muy pocas veces hablamos unos con otros. Las relaciones personales en Madrid son muy vacías.

P. ¿La soledad inspira?

R. Muchas veces sí. A mí me gusta observar a la gente, ver a través de sus rostros, y luego lo plasmo sobre el papel. Si nos fijáramos y nos preocupáramos más por todo lo que nos rodea, nos enriqueceríamos más como personas.

P. Como joven, ¿ejerce de madrileño?

R. No, porque no me siento madrileño. No voy a la fiesta de la Paloma, ni a San Isidro, ni a nada. En esta ciudad nadie ejerce como tal. La mayoría de los que viven aquí son de fuera y disfrutan más de la ciudad. Pero, luego vuelven a sus lugares de origen. A muy pocos madrileños se les oye decir que Madrid es la ciudad más bonita del mundo. En cambio, todos los sevillanos lo dicen de Sevilla. En Madrid todos somos vecinos circunstanciales.

P. ¿Qué ofrece esta ciudad a la juventud?

R. De todo. Pero no lo sabemos aprovechar. Al teatro no vamos, a los conciertos de música clásica tampoco. La verdad es que los jóvenes participamos poco de la vida cultura que nos brinda Madrid. Desgraciadamente, no nos interesa mucho ese tipo de asunto y sí el salir por ahí de copas.