El futuro del proceso de paz en Oriente Próximo se juega hoy en Israel
Simón Peres y Benjamín Netanyahu lanzaron ayer dramáticos llamamientos al electorado en las últimas horas de la campaña para las elecciones isralíes de hoy, que van a decidir el curso del proceso de paz en Oriente Próximo. El primer ministro laborista dijo que había llegado la hora de que "en esta tierra los profetas sustituyan a los guerreros" y su rival derechista del Likud insistió en que "ya es tiempo de tener un Gobierno que garantice la seguridad de todos".
Peres dedicó su última aparición como candidato para manifestar fe en su victoria y en la continuidad de las negociaciones de paz. "Me siento seguro. No estoy preocupado. Creo que vamos a ganar", dijo en un mitin celebrado en la ciudad sureña de Ashkelón, horas después de conocerse un dato alentador para su campaña, pero que era manejado con cierto escepticismo incluso en los círculos más próximos al primer ministro. El último sondeo del Instituto Dahaf daba a Peres tres puntos de ventaja sobre Netanyahu, pero en el campo laborista había profunda preocupación.Netanyahu, que ha basado su fogosa campaña en la cuestión de la seguridad y en la necesidad de eliminar la política de "paz a cambio de territorios", cortejó el voto de los creyentes efectuando una visita al Muro de las Lamentaciones, donde se codeó con los rabinos y líderes de los pequeños pero poderosos partidos religiosos judíos que pueden decidir el futuro de los comicios de hoy.
Cerca de cuatro millones de israelíes acudirán a las urnas con dos papeletas: una para elegir por primera vez a un primer ministro y la otra para formar la décimocuarta legislatura en el Parlamento (Kneset), de 120 escaños, con candidatos de 20 partidos. Si es cierto que Netanyahu ya cuenta con el apoyo de importantes sectores religiosos, Peres parecía anoche haber convencido a buena parte del electorado árabe-israelí. Fuentes próximas a los principales partidos árabes de Israel anunciaron ayer que darán su apoyo al candidato laborista, un indicio del triunfo de frenéticas negociaciones para eliminar el resentimiento del electorado árabe tras la violenta ofensiva israelí contra Líbano.
Peres y Netanyahu enviaron también emisarios al Partido de los Inmigrantes, del ex disidente ruso Natan Sharansky, para tratar de capturar el apoyo de otro de los sectores que pueden determinar el resultado de estos comicios. Sharansky mantiene en secreto a quién va a dar su apoyo.
Los primeros votos fueron depositados ayer por soldados en posiciones de primera línea, casi 24 horas antes de la apertura de las urnas hoy a las siete de la mañana. Los primeros resulta dos podrán conocerse esta noche a partir de las nueve, hora española, pero la mayor parte de los analistas pronostica que los resultados definitivos podrán ser oficialmente anunciados el domingo.
Suspense
"Ya está. El día del juicio ha llegado. Votamos pero ¿por quién?". Así resumía ayer el suspense generalizado un editorial del diario Maariv, firmado por uno de sus mas prestigiosos columnistas Yosef Lapid. Y esa era una de las cuestiones que mantiene a Israel en vilo. Encuestas realizadas en los últimos días confirman que para un importante sector de los israelíes los comicios de hoy son, en realidad, un referéndum del histórico proceso de paz entre Israel y los árabes.Peres, que aprovechó hasta el último minuto de la campaña para exhortar a sus compatriotas a darle un espaldarazo en las urnas y 9levar adelante el proceso de paz", ha impuesto un impresionante aparato de segúridad para tratar de impedir que un atentado temprano hoy termine por alejar a sus simpatizantes potenciales. Según varias encuestas, entre el 10%, y el 15% del electorado permanecía hasta ayer indeciso.
Los temores a los atentados mantienen en máxima alerta a la fuerzas policiales y militares desplazadas por todo el país, a pesar de un intento de atenuar el miedo emprendido por Hamás, la organización que ha ordenado la mayoría de éstos. El portavoz de su brazo político, el médico Mahmud Zahar, declaró en Gaza que el brazo militar del movimiento islámico, que no reconoce a Israel, ha acatado una petición de tregua. "Pero todavía quedan líderes de Hamás fuera de Palestina que se resisten a abandonar la lucha armada", advirtió sombríamente una fuente de esa organización extremista.
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