La policia albanesa reprime brutalmente la protesta de la oposición
"Europa occidental es la Bella Durmiente. ¿Qué hay que hacer para que despierte?". Así se expresaba ayer por la tarde el número dos del Partido Socialista albanés, Namik Dokle, en una improvisada conferencia de prensa en la que los maltrechos líderes de la oposición -trajes rotos, sangre, moratones- pidieron a la comunidad internacional que no reconozca las elecciones cuya primera vuelta se celebró el domingo y sobre las que todavía no se han difundido resultados oficiales provisionales. Horas antes, la policía había disuelto en Tirana con brutalidad inusitada una manifestación convocada por los partidos que se han retirado de los comicios para protestar por su manipulación por el Gobierno.
La protesta en la calle no fue en realidad una manifestación sino más bien un salto al estilo antifranquista de varios centenares de personas que al grito de "¡Abajo la dictadura!" y enarbolando banderas albanesas corrieron desde las calles adyacentes hacia la plaza Skenderbe, en el centro de Tirana, tomada por la policía desde poco antes del mediodía. Durante veinte minutos, los militantes de la oposición, como todo aquel que se encontrara en el radio de acción de los maceros gubernamentales, fueron golpeados, apaleados y pisoteados por varios centenares de policías uniformados, antidisturbios y de paisano, éstos llevando la voz cantante.A la gran plaza afluyeron numerosos vehículos sin matrícula, a los que eran conducidos una buena parte de los detenidos. Desde uno de ellos, un Lancia sin placas, el ministro del Interior, Agron Musaraj, contemplaba la operación. Junto a este enviado especial, una periodista local de la agencia oficial de noticias lloraba por lo que estaba viendo, "nada igual desde 1991 [caída del comunismo]". A varios fotógrafos y reporteros, entre ellos el español Eduardo del Campo, que cubrió estas elecciones para el diario El Mundo, les rompieron las cámaras y les ensangrentaron a golpes. Sobre el escenario de la brutal carga, una empapada pancarta anunciaba unas jornadas sobre "Los días del humor albanés ". "¡Cara de comunista! " era uno de los principales argumentos esgrimidos por la fuerza pública antes de arrastrar a alguien hasta una furgoneta o romperle la cara a porrazos.
Insultados y pateados
Algunos de los dirigentes opositores se refugiaron en el vecino hotal Tirana. Otros, Namit Dokle, Servet Pellumbi (vicepresidente socialista) o Paskal Milo, diputado socialdemócrata, fueron repetidamente golpeados, insultados y pateados por agentes uniformados y secretos. Gramoz. Pashko y Arben Imami, dos jefes de la centrista Alianza Democrática, que también se ha retirado de los comicios, recibieron un aluvión de puñetazos, palos y patadas antes de ser detenidos. A primera hora de la tarde, comparecieron en la conferencia de prensa conjunta de la oposición. Poco después del mediodía, la normalidad se había restablecido en el centro de Tirana, patrullado por fuerzas antidisturbios. El único foco de resistencia era la sede socialista, desde cuyos altavoces se gritaba "¡Berisha-Pinochet!".Un comunicado presidencial pedía a última, hora de la tarde calma a la población ante la provocación de los antiguos agentes secretos albaneses, dirigidos ahora por el Partido Socialista". Delante de los periodistas, los dirigentes de la oposición acusaron a la Unión Europea (UE) de mirar hacia otro lado en el caso de las elecciones generales albanesas, cuya segunda vuelta está prevista para el domingo próximo. Hasta ahora no hay una reacción oficial de la UE o de Estados Unidos, sus garantes últimos, a las numerosas y documentadas irregularidades cometidas por el gobernante Partido Democrático en los colegios electorales el pasado día 26. "Europa debe elegir entre el pueblo albanés y la dictadura del presidente Berisha", dijo Neritan Ceka, presidente de la Alianza Democrática.
Los 400 observadores internacionales llegados para verificar la limpieza del proceso electoral, santificado apresuradamente por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en su informe provisional, han recibido la orden de volver a casa. El desarrollo de los comicios, en los que el Gobierno del presidente Berisha viene declarando una victoria del 60% desde el mismo cierre de los colegios, está poniendo en una posición muy incómoda a Europa occidental, que ha apoyado repetidamente al líder albanés, y EE UU, que además mantiene una estrecha alianza militar con el régimen de Tirana.
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