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Los envasadores de aceite denuncian un fraude de más de 6.000 millones por mezclas de oliva con semillas

Los envasadores de aceites comestibles han elaborado un informe que será remitido al Ministerio de Agricultura y a las comunidades, autónomas, y posteriormente al Ministerio Fiscal, en el que denuncian las operaciones fraudulentas en la venta de aceite de oliva que se mezcla con aceite de semillas. Medios industriales estiman esas ventas en unas 20.000 toneladas, habiéndose realizado por pequeñas empresas fantasma fuera de canales dominantes en la distribución. El fraude puede superar los 6.000 millones de pesetas.En opinión de los industriales del aceite integrados en la Asociación de Envasadores, las comunidades autónomas no han adoptado una actitud decidida en la erradicación de ese fraude. Las principales ventas de este tipo de aceite se están produciendo en Andalucía, Extremadura y Baleares y, con menos intensidad en Castilla La Mancha y las zonas de Levante.

En principio, estas ventas de aceite fraudulento no suponen ningún problema para la salud en cuanto las mezclas detectadas han sido solamente con aceites de semillas (soja, colza o girasol), pero sí un engaño para el consumidor al pagar un precio superior al que vale realmente el producto.

Esta venta fraudulenta se mantiene desde hace ya algunos meses a raíz de la escalada de los precios del aceite de oliva, con una cotización que llegó a su punto máximo el pasado mes de enero cuando el precio alcanzó las 690 pesetas por litro en origen, que se tradujeron en precios medios al consumo por encima de las 700 pesetas.

Ante las denuncias de los industriales envasadores que venden a través de los canales habituales de distribución, las administraciones de comunidades autónomas como Andalucía, Extremadura o Baleares eliminaron de los establecimientos y abrieron expedientes a varias marcas como El Quite, Batato o Don Jaen por estimar que lo que se vendía como aceite de oliva, en realidad era una mezcla de oliva con girasol o soja. Se trata, según medios del sector, de pequeñas empresas en algunos casos con dirección fija y actividad reconocida que meten partidas con fraude para distribuciones regionales. Otras veces son empresas fantasma que aparecen un día con una marca y un número de registro falso, y desaparecen cuando la mercancía está en el mercado.

En las últimas semanas, el gobierno balear decidió la retirada del mercado de todo el aceite de mezcla que se pretendía vender, en este caso como tal (preparado graso), envasado por la firma Oli Nostrum. La Administración central estimó que no se puede vender esa mezcla aunque figure en el envase el tipo de aceite.

Para el presidente de la Asociación de Envasadores, Antonio Herranz, el problema del fraude en el aceite de oliva está yendo más lejos de lo que era previsible. Herranz no entiende que se hayan impuesto multas, actualmente recurridas, por debajo de los dos millones de pesetas afirmas cuyos beneficios por el fraude pueden ser espectaculares.

Los envasadores y la Administración, a través de la Agencia para el Aceite de Oliva, que es la responsable de controlar la calidad de los aceites de oliva que se venden con ayuda al consumo, coinciden en señalar que el aceite de oliva de las marcas que habitualmente se hallan en los estantes de la distribución legalmente establecida, es excelente.

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