El niño de Moguer murió por accidente, según la investigación de la Guardia Civil
El niño de tres años Ismael Gómez Domínguez murió de forma accidental al caer a un pozo de tres metros en Moguer (Huelva). El delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres, recogiendo los datos de la investigación de la Guardia Civil, dijo ayer que el accidente fue presenciado por un amigo de nueve años que no participó en los hechos, pero que, asustado, fue incapaz de decir nada, según las investigaciones. Los datos de la autopsia demuestran que no hubo "absolutamente ninguna violencia física" sobre el pequeño, en contra de las primeras sospechas difundidas el miércoles, poco después del hallazgo del cuerpo.
El capitán de la Guardia Civil Manuel Díez, responsable del equipo de la Policía Judicial que investiga la muerte, ha descartado la existencia de cualquier indicio de criminalidad en el caso.Miembros de la Guardia Civil estuvieron hablando ayer varias horas con el chico de nueve años, vecino y amigo de la víctima, que por iniciativa propia había conducido a los equipos de rastreo hasta el lugar del accidente cuando estaban a punto de retirarse, después de 36 horas de búsqueda. Esa iniciativa desorientó a los investigadores y les hizo creer inicialmente en la implicación del niño.
Ismael había desaparecido a mediodía del martes, cuando salió solo a la calle a comprar caramelos en un quiosco situado a 20 metros de su casa. Su padre le había dado 25 pesetas para comprar las chucherías. Cuando los padres vieron que no regresaba, sus familiares comenzaron la búsqueda. El pozo en el que fue hallado el cuerpo, cercano al domicilio del niño, fue descartado en principio porque estaba perfectamente tapado.
Secreto del sumario
La juez de instrucción de Moguer María Cinta Prats, que se ha hecho cargo de la investigación, ha decretado el secreto del sumario. El amigo de Ismael que presenció el accidente declaró a la instructora que no le empujó.La localidad onubense vivió una jornada de desolación. La tristeza lo impregnó todo. La hermandad rociera de Moguer salió en completo silencio, sin música y sin cohetes, y todas las banderas de edificios municipales ondearon a media asta. "Nadie tiene ganas de divertirse con el Rocío, después de la tragedia y de una búsqueda angustiosa", manifestó el alcalde, Manuel Burgos, del Partido Popular.
Tras la desaparición del niño, la Policía Local de Moguer, la Guardia Civil, los Bomberos, Protección Civil y cientos de voluntarios organizaron un dispositivo de búsqueda que culminó con el hallazgo en el pozo, que, en contra de las primeras informaciones, sí tenía agua.
La muerte de Ismael y las hipótesis que en las últimas horas han circulado sobre su fallecimiento han añadido crispación al dolor de los familiares del niño, cuya madre, Juana Domínguez, insistió ayer en que quiere "saber qué le han hecho y por qué". "A mi niño lo han matado y lo han tirado al pozo", dijo.
La gobernadora civil de Huelva, Rosamar Prieto Castro, lanzó a los ciudadanos y los medios de comunicación un mensaje de prudencia "hasta que los hechos hayan sido probados".
Unas 2.500 personas asistieron ayer al entierro de Ismael. Los vecinos de Moguer despidieron entre grandes escenas de dolor al niño fallecido. Tras oficiarse un funeral en la parroquia de Nuestra Señora de la Granada, la comitiva, encabezada por una decena de niños que portaban coronas delante del pequeño ataud blanco, se dirigió al cementerio de Moguer, donde recibió sepultura. Al sepelio asistieron la mayoría de los concejales de la corporación. El alcalde señaló que "el pueblo se ha volcado, tanto en la búsqueda que se montó el martes hasta encontrar al niño, como con la gran manifestación de pesar que existe hoy en Moguer".
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