Pedrito de Portugal: "La afición de Madrid aún no me ha visto en Plenitud"

Manuel Caballero y Pedrito de Portugal cumplen esta tarde su segundo y último compromiso en la feria, acompañados por José Ignacio Sánchez, que se estrena esta temporada en Las Ventas. Los toros anunciados son de Manolo González, aunque de los seis presentados en el reconocimiento de ayer, cinco fueron rechazados. La empresa se ha comprometido a traer hoy más toros para completar la corrida."Madrid no me ha visto aún en plenitud", afirma Pedrito de Portugal. En la confirmación de alternativa, el día de San Isidro, "no me salieron los toros adecuados para hacer el toreo que yo siento, pero la gente pudo comprobar que me entregué totalmente. Yo salí contento de la corrida pero no satisfecho porque no maté bien, pinché, y perdí una oreja". A Pedrito le sorprendió la reacción de los espectadores. "Me gustó muchísimo el público. Me sentí envuelto por el cariño de Madrid, como si estuviese en casa. No me lo esperaba", dice.

Aunque el torero dice estar ansioso" de que llegue la hora de la corrida, asegura: "Tengo doble responsabilidad porque la gente ya me vio algo de lo que soy capaz y va a estar pendiente de lo que haga. A ver cómo me las apaño".

José Ignacio Sánchez (Salamanca, 1972) va más allá en su aprecio por la plaza de Las Ventas. "Si hubiera 40 plazas como la de Madrid, yo sería feliz", afirma. "Es una plaza con una sensibilidad especial para el toreo clásico y donde más a gusto me encuentro. Siempre, claro, con la responsabilidad y la procesión que uno lleva por dentro desde que se ve anunciado en Las Ventas".

El torero salmantino -alternativa en julio de 1994 y confirmación en San Isidro del año pasado- constituye un caso excepcional en el toreo de los últimos años: en 1994 hizo en Las Ventas una faena a un novillo exclusivamente con la mano izquierda. Aunque asegura tener ya contratadas 30 corridas para esta temporada, "todo depende de cómo salgan las cosas en Madrid. Yo voy con toda la ilusión", afirma.

Otro tanto Manuel Caballero. "Lo que yo necesito es un toro que meta la cara diez o doce veces, nada más", dice, "para poder volver a escuchar las mismas ovaciones que en aquella novillada del Auxilio Holgado en San Isidro del 91".