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Los nuevos vecinos con plumas

Una pareja de cisnes blancos empolla las primeras crías de esta especie en el Manzanares

Vicente González Olaya

Nadie en el vecindario conoce los nombres de la pareja de moda. Sólo saben que esperan retoños y que se han convertido en la atracción del barrio. Dos cisnes blancos empollan desde hace unos 40 días seis grandes huevos marrones a orillas del Manzanares, junto al puente de la Reina. Los polluelos están a punto de nacer. Decenas de jubilados y niños se acercan cada día para ver si han eclosionado los huevos. "Será", dicen, "la primera vez que el río Manzanares asista al nacimiento de una pollada de cisnes blancos. Nos lo han dicho los técnicos".Hace más de un mes, uno de los vigilantes municipales del río dio la voz de alerta. Los dos únicos cisnes blancos existentes estaban criando. Los animales no cesaban de recoger ramas. Cuando tuvieron su nido hecho, dejaron de moverse. La hembra permanece desde entonces sentada, día y noche, sobre su futura pollada. El macho vigila amenazante. El Ayuntamiento, para evitar intrusos, ha vallado varios metros de la ribera. "Hace unos días se coló un perro grande. Los cisnes lo echaron a picotazos", comenta el vecino Bonifacio García, de 71 años, que junto a dos jubilados más (Pantaleón Herrero, de 89 años, y José Magro, de 70 años) vigilan todos los días los alrededores para que nadie dañe a la pareja. Marta, de nueve años, también se acercó ayer con su tía para ver a las aves. "Son como los de la película de la Princesa Cisne", afirmaba muy segura.

Miguel Vicente, biólogo del Ayuntamiento, contemplaba ayer la escena y escuchaba los peculiares comentarios de los vecinos. "Se trata de una pareja de cygnus olor [cisne común] que está empollando. Los ejemplares tienen unos seis años y a ambos se les practicó la ablación [operación indolora que les impide volar]. Faltan pocos días para que nazcan los polluelos. Cualquier día de esta semana¡...", augura el biólogo.

Eugenio López, uno de los empleados municipales que da de comer a los animales, recuerda que una pareja anterior de cisnes, que fue soltada por el Ayuntamiento hace unos años, "se fue volando nada más ponerlos en el agua". "Fue un poco decepcionante. Como no estaban operados como éstos, se fueron. Dicen que ahora están en el lago de la Casa de Campo o más lejos", calcula. Sin embargo, las crías que ahora nazcan no serán operadas para impedirles emprender el vuelo. Miguel Vicente lo explica: "Nacerán en este río y se acostumbrarán al entorno. No se marcharán".

Los cisnes son alimentados por el Ayuntamiento con piensos para patos. "También comen hierbas y larvas de insectos que encuentran en las orillas", relata el biólogo municipal. Los vecinos lo niegan: "Sólo comen el pan que les echamos. ¿Sabe usted? Es que ya son del barrio", se reían ayer.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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