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NUEVO GOLPE DE ETA

Primer atentado mortal de ETA con el Gobierno de Aznar

Una bomba, dirigida contra un grupo de militares, siega la vida de un sargento en Córdoba

Dos semanas después de la llegada de José María Aznar a La Moncloa, ETA ha presentado al nuevo Gobierno su macabra tarjeta de visita. Miguel Ángel Ayllón Díaz-González, un sargento -de 27 años destinado en la Brigada de Infantería Mecanizada número X, la primera unidad española adscrita al Euroejército, murió destrozado por una bomba a las 7.40 de ayer en la avenida Carlos III de Córdoba. Casi 15 horas después, a las 22.20, otras ocho personas resultaron heridas de diversa consideración al explosionar la policía un vehículo con 40 kilos de amosal abandonado cerca de donde se produjo el atentado. La policía hizo estallar un segundo coche bomba a la una de la madrugada, sin que se produjeran víctimas. Las explosiones se oyeron en toda la ciudad, lo que disparó la alarma y provocó un clima de gran inquietud entre los cordobeses. Aznar aseguró que el Gobierno "actuará con rapidez y con hechos".

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Dos coches bomba, otros ocho heridos

Una carga explosiva escondida en un contenedor de basura mató al sargento de Ingenieros Miguel Ángel Ayllón, soltero y natural de Granada, cuando es peraba al autobús militar que debía trasladarle a la base de Cerro Muriano, a 15 kilómetros de la capital cordobesa.La explosión causó además cuatro heridos: el matrimonio formado por Manuel Espino Madueño, de 53 años, y Antonia Lara Andreu, de 52; y dos militares, el capitán Antonio Duque Lozano, de 49 años, y el alférez Antonio Granados Bermejo.

Manuel Espino, el más grave de los cuatro, fue intervenido en el hospital Universitario Reina Soria de Córdoba para extraerle esquirlas de metralla incrustadas en el hombro y codo derechos. Su evolución es favorable. Los otros tres sufrieron heridas leves y fueron dados de alta tras recibir curas de urgencia.

El artefacto, según fuentes policiales, estaba formado por cinco kilos de explosivo y otros tantos de metralla, y se hallaba escondido dentro de una olla en un contenedor de basura, que los terroristas cambiaron de lugar y situaron a dos metros de la parada del autobús, donde se encontraba el sargento Ayllón.

Inicialmente, se pensó que el objetivo de ETA era el autobús del Ejército que cada mañana traslada a Cerro Muriano a numerosos militares residentes en a capital y que en ese momento se aproximaba a la última parada de su recorrido, con más de una veintena de pasajeros.

Instantes antes de la explosión, el conductor del autocar cedió el paso al automóvil que ocupaba el matrimonio formado por Manuel Espino y Antonia Lara, al que alcanzó la onda expansiva. El hecho de que la explosión se produjera en un espacio abierto atenuó sus efectos.

Fuentes policiales indicaron, tras las primeras pesquisas, que el objetivo de ETA no era el autobús, sino el grupo de militares que se reúne cada mañana en dicho lugar para esperarlo. Aunque el autocar tiene varias rutas alternativas, a la salida de la ciudad hacia la base se produce un cuello de botella que le obliga a pasar por el lugar del atentado.

En apoyo a esta tesis, las fuentes consultadas subrayaron la escasa entidad del artefacto -en el atentado del barrio madrileño de Vallecas, en diciembre pasado, los terroristas emplearon 40 kilos de amosal- y el hecho de qué, al parecer, habría sido activado con temporizador y no mediante mando a distancia, informa Jesús DuvaEl sargento Ayllón, situado junto al contenedor, murió en el acto, mientras que el capitán Duque y el alférez Granados, que se encontraban alejados de lugar habitual de parada del autocar, sufrieron heridas leves; en el tobillo derecho, el primero, y en el labio inferior, el segundo.

Finalmente, Antonia Lara resultó alcanzada en la muñeca derecha y ambas rodillas por los cristales del vehículo en el que viajaba junto a su marido. La bomba destrozó también cuatro coches aparcados en las inmediaciones y causó daños importantes en las viviendas más bajas de un bloque de siete plantas próximo al lugar de la explosión.

El alcalde de Córdoba, Rafael Merino (PP), pidió tranquilidad a la población, "dentro del nerviosismo lógico del suceso", ya que es la primera vez que ETA actúa en la ciudad. El Ayuntamiento decretó dos días de luto, mientras que un millar de cordobeses se concentraron en el bulevar Gran Capitán a las 12.30 para protestar contra la barbarie etarra.

Los ministros del Interior, Jaime Mayor Oreja, y Defensa, Eduardo Serra, viajaron a Córdoba para visitar a los familiares del sargento fallecido y a los heridos. Le acompañaba el secretario de Estado para la Seguridad, Ricardo Martí Fluxá, y el delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado, que por la mañana juró su cargo en La Moncloa.

Entrevista con Debré

Precisamente, la toma de posesión de los 17 nuevos delegados del Gobierno sirvió al presidente José María Aznar para condenar la última acción de ETA. Tras expresar su condolencia a la familia de la víctima, Aznar aseguró que "el Gobierno, como regla general, no va a hacer muchas declaraciones" sobre este tipo de crímenes, sino que actuará "con rapidez y con hechos en esta extraordinaria lucha que tiene la sociedad española contra los terroristas de ETA".Aznar anunció que hoy se reunirá con el ministro francés de Interior, Jean Louis Debré, para impulsar la cooperación antiterrorista entre los dos países. "Queremos garantizar a todos los ciudadanos, con palabras de ánimo y respaldo, que vamos a ganar la batalla", concluyó.

Por expreso deseo de la familia, la capilla ardiente con los restos del sargento Ayllón se instaló en el tanatorio de Córdoba, donde hoy se celebrará el funeral, y no en las Caballerizas Reales, sede de la delegación provincial de Defensa, como estaba inicialmente previsto. El cadáver será incinerado esta tarde en Málaga, ciudad en la que residen los padres del militar fallecido.

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