El perfeccionista tarda más en salir de la depresión
(NYT) Un análisis de datos de un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental de EE UU sobre 155 pacientes en tratamiento de depresión clínica revela que aquéllos que tenían mayores niveles de perfeccionismo progresaban menos que otros pacientes en tratamiento a base de medicación o de psicoterapia.
Paul Pilkonis, psicólogo de la Universidad de Pittsburgh y coautor del estudio, afirma que una posible razón puede ser que "estos pacientes malinterpretan como fracasos incluso pequeños éxitos. Aunque mejoren un poco, puede que el avance no sea suficiente para ajustarse a su criterio".
En otro estudio reciente, Paul Hawitt, psicólogo de la Universidad de British Columbia, y sus colegas, compararon 25 pacientes alcohólicos que habían intentado suicidarse con pacientes alcohólicos que nunca habían intentado acabar con su vida. Hewitt explica: "Comparados con los pacientes que nunca habían intentado matarse, estas personas destacaban mucho en un determinado aspecto de perfeccionismo y tenían la sensación de que la gente que formaba parte de sus vidas (una esposa, un jefe, un padre) exigían un nivel de rendimiento que eran incapaces de alcanzar. Para estas personas, un fracaso significa más que una desilusión personal. Da lugar a una sensación de alienación y de pérdida de conexiones clave".
Padres severos
Sidney J. Blatt, psicólogo en la Universidad de Yale, forma parte de un grupo cada vez más numeroso de expertos que consideran el perfeccionismo tanto una bendición como una maldición; una circunstancia que fomenta un éxito elevado, pero hace que los triunfadores se vuelvan autocríticos implacables, vulnerables a reaccionar exageradamente ante lo que consideran un fracaso, hasta el punto de la depresión. Este especialista piensa que los padres severos son a menudo una fuente de perfeccionismo neurótico. Esta clase de expectativas envía al niño el mensaje de que haga lo que haga nunca es lo suficientemente bueno y de que tiene que ser perfecto para merecer aprobación y amor.Blatt cita descubrimientos del estudio de la depresión realizado por el instituto de salud mental y otras investigaciones, y afirma que los perfeccionistas parecen obtener mejores resultados de la terapia prolongada que de los tratamientos más breves habituales. Hewitt sostiene que una de las razones de que una terapia más larga pueda ser más eficaz para los perfeccionistas radica en que la sensación que tienen estos de que deben parecer perfectos impide a menudo a esas personas buscar ayuda hasta que se encuentran en una situación de crisis extrema. Según Hewitt, "no sólo ocultan sus problemas, sino que además, cuando están bajo terapia, tardan más en abrirse que otros pacientes".
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