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Solomillo con plumas

El avestruz se presenta por primera vez como carne para consumo en una feria ganadera de Madrid

, Estaban junto a las cabras del Guadarrama, y sus altos cuellos destacaban por encima de sus compañeras de feria. Los avestruces centraron la atención de la IV Exposición Ganadera de la Comunidad de Madrid, celebrada ayer en Colmenar Viejo (28.000 habitantes). Una tríada reproductora formada por dos hembras y un macho adultos de seis años, con más de 130 kilos de peso cada uno, eran la aportación a la muestra de la empresa Explotaciones Cinegéticas Africanas y Europeas, de Moraleja de Enmedio. Y es que la carne de avestruz es un negocio en alza, y ésta era su puesta de largo como ganado para el consumo humano.

"El mercado se abrió en Estados Unidos, donde tienen problemas con la obesidad y necesitan productos para sus dietas. Descubrieron que la carne de avestruz es muy baja en grasas, pero similar en sabor y textura a la ternera", explica Carlos Pérez, veterinario de la granja de avestruces.

En España hay ya más de 50 explotaciones, aunque en Madrid se enfrentan a la falta de un matadero en el que se permita sacrificar a los animales: "Hay uno en Gerona, en el que se matan pocos ejemplares. No es una cuestión de dificultad técnica, sólo se necesita una sala para el desplume, pero les resulta rentable matar quince o veinte ejemplares", asegura Pérez.

En Madrid se están formando los rebaños, por lo que todavía se matan pocos animales. No habrá que esperar mucho. Las hembras ponen 60 huevos por año, de los cuales el 70% son fértiles. Son suficientes 40 días para que el pollo nazca, y han de pasar entre 9 y 14 meses para que el animal pueda ser sacrificado y obtener 40 kilos de carne. Esta alta natalidad ha permitido a la granja de Moraleja disponer de 450 ejemplares tras importar 108 de Africa.

Los precios oscilan entre 500.000 y 800.000, pesetas por avestruz, dependiendo de la raza (de cuello negro, rojo azul), pero su mantenimiento apenas supone 100 pesetas diarias por animal en piensos y alfalfa. Las vacas locas han favorecido el negocio: "Nos han solicitado ejemplares para crear granjas en el Reino Unido y otros países en los que se consume vacuno inglés", afirma Pérez. La demanda española está centrada en los restaurantes de lujo y las carnicerías especializadas. El precio es alto, unas 4.000 pesetas el kilo, pero "tiene que bajar, porque ahora la carne que llega es importada", explica.

El consejero de Economía, Luis Blázquez, opinó: "No sé si se asentará, pero demuestra que la ganadería madrileña reacciona rápidamente ante las variaciones del mercado". Y reconoció: "'me sigue gustando más la ternera del Guadarrama".

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