"Es inexplicable lo que me ha pasado", dice Javier Mayoral
El rejoneador madrileño Javier Mayoral, de 24 años, no comprendía después del festejo las causas de su desafortunada actuación en el cuarto toro de la tarde. "Es inexplicable lo que me ha pasado", manifestaba. "Por muchas vueltas que lo doy, no logro entenderlo".Mayoral, que reconocía su fracaso en ese toro -"Soy el crítico más duro de mí mismo y sé que he estado mal"- aseguraba que le había influído "algún comentario de la gente, que siempre viene en el momento menos adecuado".
"El toro era, ya de salida, complicado", dice el rejoneador. "Luego se ha cerrado mucho, embestía con la cara arriba y era muy complicado clavar los rejones. Era un toro muy difícil de matar".
Mayoral, quien reconoce que clavó un rejón de muerte más de lo permitido por el reglamento, asegura que los nervios no le traicionaron. "Para lo que soy yo, no me he visto muy nervioso", dice. "Por supuesto, he acabado enfadado".
El rejoneador está satisfecho de su actuación en el quinto. "Para mí era muy importante borrar lo de antes", afirma. "El toro se ha dejado y aunque el caballo se ha puesto bruto de salida, creo haber demostrado que puedo hacer otras cosas que las vistas en mi primer toro". Por eso, dice, después del rejón de muerte he echado rápidamente pie a tierra y alardeado ante el toro, que agonizaba.
Mayoral tomó la alternativa en septiembre de 1991 en Madrid, precisamente con toros de la ganadería titular de ayer, de Ortigao Costa. Mayoral dice que entonces "salieron buenos"."
"Un error" traer esos toros
Javier Buendía -44 años, reciente triunfador en Sevilla, por cuya puerta del Príncipe ha salido en las cuatro últimas ferias de Abril- manifestaba después del espectáculo: "Ha sido un error traer esos toros, y más a San Isidro".Buendía decía que estaba "muy desilusionado. La corrida no ha servido nada, ha salido mansa en general. Tal vez el último toro ha sido un poco mejor".
El primer toro era malo, según el rejoneador. "De salida, violentón, venía cruzado y buscando la hora de coger", dice. "Cuando le he puesto los tres rejones de castigo, el toro se ha ido a tablas y cada vez que se arrancaba lo hacía con la cara alta y para coger. Ha sido un toro muy molesto". Buendía tomó sus precauciones con ese toro. "No me he confiado porque el piso estaba blando y en algunos sitios resbalaba mucho".
Si el primero era malo, el de la collera con Mayoral era peor. Javier y yo no nos hemos acoplado. Le tuve que esperar". Mayoral no logró colocar ningún rejón de castigo en ese toro. Buendía puso los tres. "Se creó mucho desconcierto. En colleras hay que estar muy acoplado". El presidente del festejo, Luis Espada, aseguró que no iba a elevar ninguna propuesta de sanción por incumplimiento del reglamento.
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