"La novillada ha salido fabulosa", dice Medina, el ganadero
Francisco Medina Aranda, propietario de la ganadería de El Ventorrillo, que debutó ayer en Las Ventas, no paraba de recibir felicitaciones una vez terminado el festejo.Después de recibir la enhorabuena, amén de dos sonoros besos de una joven periodista taurina, Francisco Medina, muy sonriente y visiblemente satisfecho, declaraba a este periódico: "Estoy muy contento, muy satisfecho. La novillada ha salido fabulosa. Ha tenido fuerza, mucha calidad y ha salido buena para los toreros".
El ganadero lamentaba el mal estado del ruedo a causa de la lluvia. "Ha sido una pena que el piso estuviera embarrado y que no haya parado de llover desde el segundo novillo", afirma. "Los novillos podría haber lucido mucho más y los novillero, seguro que les habrían cortado las orejas".
En condiciones normales", aseguraba, "hubiese sido la novillada de la feria, sin ninguna duda".
Según Medina, el primer novillo había tenido "una calidad excepcional"; el segundo fue "muy bueno"; el tercero, "bastante bueno"; el cuarto, "muy noble, pero le sobraban 70 kilos" y el sexto "ha manseado pero ha roto a bueno para el torero".
El ganadero tenía muchas esperanzas en el juego del quinto. "El novillo ha tenido mucha calidad", dice, "aunque le ha: faltado algo, no sé, tal vez haya sido por el estado del ruedo".
Trescientos muletazos
Francisco Medina explica que basa la selección de su ganadería, en la tienta de las hembras reproductoras y de los sementales con tres criterios. "La vaca ha de servir para el caballo, desde luego", dice "pero, para mí, es mucho más importante que se deje pegar 300 muletazos y que embista con calidad. También tiene que tener motor pues sin motor no puede desarrollar todo lo que lleva dentro".Francisco Medina fue novillero en la segunda mitad de los años 50. No tuvo excesivo éxito. "Llegué a debutar de novillero en Las Ventas", asegura. "Pero un novillo de Isaías y Tulio Vázquez, que era prácticamente un toro, me quitó el sitio para siempre en Zaragoza en l959".
Posteriormente se dedicó a la cría de ganado bravo y entró en la Asociación de Ganaderías. Hasta 1992 lidió sólo erales.
Ese año compró un hierro de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, el que Amelia Pérez Tabernero heredara de su padre Antonio Pérez Tabernero. En 1985 fue vendido a Domingo Hernández, a quien se lo adquirió Francisco Medina.
En 1992 Medina desechó las reses que tenía y adquirió 150 vacas y cuatro sementales a Juan Pedro Dornecq. Esta es la única procedencia actual de la ganadería. La vacada pasta en las fincas Robledo de los Osillos y El Ventorrillo, en Los Yébenes (Toledo).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.