EE UU y China abren la guerra comercial con sanciones mutuas de 3.000 millones, de dólares

Estados Unidos y China libraron ayer la primera batalla de una guerra comercial que puede afectar a varios miles de millones de dólares de sus exportaciones y que supone una amenaza para el crecimiento de ambos gigantes económicos. La Administración norteamericana anunció ayer una lista de sanciones contra productos chinos, y, minutos después, Pekín hizo pública otra similar para castigar las importaciones de productos estadounidenses.

El Gobierno norteamericano ha decidido imponer aranceles (impuestos a las importaciones) del 100% sobre diversos productos chinos por valor de casi 3.000 millones de dólares (375.000 millones de pesetas). Esa suma es similar a la que los exportadores estadounidenses dicen perder por la piratería de sus bienes en China.Washington ha criticado a las autoridades chinas por no hacer lo suficiente para detener la copia masiva e ilegal de productos musicales, cinematográficos y de ordenadores originalmente fabricados en Estados Unidos. Fuentes oficiales norteamericanas aseguran que, en muchos casos, la piratería de sus productos es cometida por compañías dirigidas o controladas por el Gobierno chino o por jefes de las Fuerzas Armadas.

Las autoridades de aquel país han negado esas acusaciones y han prometido responder "diente por diente y ojo por ojo" a cada sanción que imponga Estados Unidos. Ayer mismo, el Gobierno de Pekín, según informó la agencia oficial china de noticias, anunció sanciones contra productos norteamericanos por un valor idéntico al castigo anunciado en Washington.

Las sanciones respectivas entrarán en efecto a partir del próximo 17 de junio. Durante ese periodo, es de esperar que se abran negociaciones entre los dos países para buscar una acuerdo que evite una guerra comercial que perjudica gravemente a ambas naciones. El año pasado, una situación similar concluyó con un acuerdo por el que las autoridades chinas se comprometieron a tomar medidas efectivas contra la piratería.La Administración norteamericana considera que China no ha cumplido con los términos de ese acuerdo, y que es necesario un nuevo y más concreto compromiso por parte del Gobierno de aquel país. La mayoría de los analistas confian en que este nuevo conflicto pueda resol-verse sin recurrir a las sanciones. Aunque el volumen de éstas no es en sí significativo, sí es importante el hecho de que se detenga un intercambio en expansión y de prometedoras perspectivas.La duplicación de aranceles afectaría sólo a 3.000 millones dedólares de los 46.000 millones de dólares que China exportó a Estados Unidos en 1995, y de los 12.000 millones que este país vende al año en el mayor mercado del mundo. "Las sanciones están pensadas para que el mensaje sea claramente entendido en Pekín", dijo ayer el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Leon Panetta.Las sanciones norteamericanas afectan fundamentalmente a productos textiles, que serán recargados con aranceles de unos 2.000 millones de dólares, y electrónicos, a los que se les imponen otros 500 millones de dólares. Cerca de 500 millones de dólares más afectarán a productos como joyas, juguetes y material deportivo.

A diferencia del año anterior, las negociaciones entre Washington y Pekín se llevarán a cabo en un clima de tensas relaciones diplomáticas, por culpa de las disputas entre ambos Gobiernos sobre los derechos humanos y Taiwán.