Pepín Jimenez: "No es consuelo haber estado por encima de mis toros"
El torero murciano Pepín Jiménez manifestaba anoche su pesimismo una vez finalizada la corrida con estas palabras: "Uno se intenta consolar pensando que ha estado por encima de sus toros, pero esto en realidad no es consuelo. Hay que seguir luchando y esperar que un día te salga ese toro que todos estamos buscando para triunfar"."Ha sido una lástima que mi primer toro no aguantase 15 pases más", dice Pepín Jiménez, "porque me he roto con él, me he entregado a tope. Aunque el toro se metía por abajo, le he pegado buenos muletazos".
El torero murciano mostraba su satisfacción porque "en ese toro la gente se ha entregado conmigo, ha estado muy bien".
Pepín Jiménez calificaba al cuarto de la tarde de "mansurrón, que no se ha dejado picar", "He intentado encelarlo pero el toro tomaba la muleta a regañadientes", manifiestó. "Ha sido una faena de pelea y no de lucimiento porque eso era imposible. He estado por encima de él".
En ese toro la espada cayó muy defectuosa. Pepín Jiménez lo explica de esta manera: "Cuando cuadraba al toro, se distraía. Lo he cambiado de terrenos, el toro se ha parado pero al tirarme a matar se ha descuadrado otra vez y se me ha ido la mano y la espada ha quedado muy baja".
Concluye el rubio torero murciano: "Esto es muy duro. Hay que seguir luchando".
Decepción
Similares palabras utilizaba Fernando Cepeda para mostrar su decepción después del festejo. "Ahora sólo queda esperar que te llamen los empresarios, la lucha de todos los días", dijo el torero sevillano. "Esto es duro, muy duro. Lo sabemos todos".Cepeda decía que su primer toro fue "muy manso". "Aunque tomó de forma espectacular el primer puyazo, el toro era manso sin paliativos, como luego de mostró en la faena de muleta y al morir, que se fue a doblar a tablas". Ese toro, dice Cepeda, "se tragaba el primer muletazo pero ya en el segundo se paraba y te medía".
El quinto de la tarde "tenía poca fuerza", aseguró el torero. "Lo he dejado sin picar, pero el toro no transmitía. Le he pegado muchos pases pero cuando ya he visto que de allí no se podía sacar nada he intentado matarlo".
Jorge Luguillano, hermano del diestro vallisoletano, manifestó al término de la corrida que éste, según le había comentado, creía haber estado toda la tarde intentando hacer el toreo bueno aunque sólo lo consiguió en el tercer toro de la tarde, con el que dio muletazos "con la mano muy baja, como a él le gusta, relajado"."En el sexto no pudo hacer nada", dice, "porque era un toro muy malo". Pese a todo Luguillano estaba contento.
Babelia
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