Desactivadas en Bilbao dos granadas que apuntaban al Gobierno Militar

Un temporizador defectuoso evitó ayer por la mañana que dos granadas preparadas para atentar contra el Gobierno Militar de Bilbao salieran de sus tubos en dirección a la fachada principal del edificio. Los artefactos fueron descubiertos por un viandante que avisó a la policía poco después de las 9.30.La Ertzaintza (policía autonómica) desalojó la parte del edificio expuesta a los impactos, y un colegio contiguo en el que los niños desarrollaban actividades deportivas.

Los lanzagranadas habían sido colocados durante la noche en una campa de la calle Urizar, cercana a la fachada principal del Gobierno Militar de Bilbao, próxima al acceso a la autopista que comunica la capital vizcaína con Santander y con San Sebastián.

Los tubos, de unos noventa centímetros, encañonaban directamente el edificio militar, y dentro había dos granadas del tipo Mecar. Según fuentes de la Ertzaintza, un fallo en el temporizador evitó que los artefactos entraran en acción e impactaran en su objetivo.

ETA utiliza de forma habitual los lanzagranadas contra sus objetivos, ya que son operaciones que entrañan muy escaso riesgo para los terroristas que intervinen en ellas.

Los últimos ataques con estos proyectiles se produjeron contra la academia de la Policía vasca, en Arkaute (Alava), y contra el cuartel de la Guardia Civil en Intxaurrondo, en San Sebastián.

Es un sistema poco preciso pero que puede provocar serios daños cuando están colocadas muy cerca del objetivo. Los artificieros de la Ertzaintza desmontaron las bombas poco después de las 11 de la mañana. Los agentes desalojaron un colegio en el que varios niños jugaban al fútbol, y toda la parte del Gobierno Militar que estaba más expuesta al posible impacto.

Por otra parte, un grupo de seis encapuchados lanzó en la noche del sábado varios cócteles molotov contra un vehículo con matrícula francesa estacionado en una calle de San Sebastián. El turismo quedó calcinado. En Alsasua (Navarra), otro grupo de personas atacó también con cócteles molotov los edificios que alojan a Correos y Telefónica.