El principal partido blanco de Suráfrica abandona el Gobierno de unión nacional de Mandela
Frederik W. de Klerk -último presidente blanco de Suráfrica, vicepresidente del actual Gobierno y líder del Partido Nacional (PN), el mayoritario entre los blancos- anunció ayer que su partido va a retirarse del Gobierno de unión nacional que preside Nelson Mandela. El anuncio lo hizo al día siguiente de que el país se dotara de una constitución que él consideró equivocada por consagrar el dominio político de la mayoría. De Klerk mantiene que para el Futuro de Suráfrica es esencial que haya una oposición fuerte. Mandela quitó importancia a la deserción y dijo que una posición vigorosa del Partido Nacional como la que augura De Klerk servirá para reforzar a la joven democracia surafricana.
"El Partido Nacional ha decidido en una reunión de su ejecutiva federal retirarse [del Gobierno de unión nacional] con fecha 30 de junio de l996", manifestó De Klerk en conferencia de prensa. "He oído el rumor de que ya estaba pensando en retirarme de la política. Es un rumor falso. Me voy a quedar como líder de la oposición".La decisión fue el resultado de las discusiones de los diversos dirigentes del PN en tomo a sus objeciones de que la nueva Constitución democrática no deja lugar al consenso una vez que las elecciones generales e 1999 lleven al país a un Gobierno por mayoría simple.
"No es una crisis. No estamos resentidos, El día de ayer [por el miércoles] fue justamente descrito como el del nacimiento de una nación", agregó De Klerk, el hombre que desmanteló el régimen del apartheid como paso previo a las primeras elecciones libres de 1994.
La decisión del PN de abandonar el Gobierno no supone que haya que celebrar elecciones, dado que el Congreso Nacional Africano (ANC) de Mandela obtuvo el 63% de los sufragios en aquellos comicios y luego formó el Gobierno de unión nacional con el partido de De Klerk y el mayoritariamente zulú Partido de la Libertad Inkatha de Mangosuthii Buthelezi.
"El marco de las realidades económicas en las que tiene que moverse el Gobierno de Suráfrica no va a a cambiar por nuestra retirada", indicó el vicepresidente surafricano. "Esa entidad amorfa que llamamos mercado seguirá haciendo sentir su presencia. Ésa es la realidad", dijo en palabras que eran una respuesta a otras en sentido contrario pronunciadas hace unas semanas por el nuevo ministro de Hacienda, Trevor Manuel, del ANC, y con las que De Klerk trataba de tranquilizar a empresarios, inversores y banqueros haciéndoles notar que no creía que el ANC fuera a desviarse del rumbo que su partido había contribuido a marcar en ese área durante los pasados dos años.
Mandela recibió la noticia con aparente tranquilidad y dijo que el abandono de De Klerk no era muestra de falta de confianza en el futuro del país. "Al contrario, refleja el hecho de que el Partido Nacional reconoce que nuestra democracia ya ha crecido y va a necesitar una oposición vigorosa", señaló. Por la mañana, el presidente había dicho que sería lamentable la ruptura del actual equipo de gobierno, y cuando se le hizo notar la aparente contradicción, replicó: "Hubiese sido mejor que hubiéramos continuado juntos". Pero inmediatamente se mostró comprensivo: "Estoy seguro de que continuaremos trabajando juntos por el bien de nuestro país. Su retirada tendrá el efecto de reforzar, en vez de debilitar, su compromiso con los intereses políticos de seguridad y económicos del país".
De Klerk señaló que los 50 días de preaviso de retirada tenían como objetivo dar tiempo a Mandela a buscar con tranquilidad a los sustitutos de los cinco ministros del PN. El cargo de vicepresidente que ocupa De Klerk no será cubierto porque la nueva Constitución establece que sólo habrá una vicepresidencia, que ocupará el otro vicepresidente actual, Thabo Mbeki, el delfín de Mandela.
lnkatha sigue
El otro partido del Gobierno, el Inkatha, que boicoteó el miércoles la votación sobre la Constitución, indicó que por el momento no se plantea la posibilidad de seguir los pasos del PN. Una salida de Inkatha enconaría la inacabable violencia que asola la provincia de Kuazulu / Natal, el feudo de Inkatha en el que este partido y el ANC están en guerra abierta. La continuidad de Inkatha en el Ejecutivo deja a Mandela ante la perspectiva de gobernar Suráfrica junto a su gran rival, Buthelezi.
La explicación oficial de De Klerk de que "como la nueva Constitución no prevé ninguna forma de decisión conjunta, hemos decidido que ha llegado la hora de jugar un papel de verdadero partido de oposición" no debe ocultar que ya hace meses que el PN buscaba el modo de hacer frente a lo que percibía como vocación "monolítica y monoétnica" del ANC. En febrero, De Klerk anuncio que el Partido Nacional era un movimiento "moderado, no racial y de filosofía cristiana" con el ánimo de ampliar su clientela desde los minoritarios blancos, mestizos e indios a la mayoría negra.
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