Hezbolá promete seguir hostigando a los soldados israelíes en el sur de Líbano
Los libaneses comenzaron ayer a enterrar a sus más de 150 muertos por la operación militar israelí Uvas de la Ira. Pese al alto el fuego, la situación se mantiene tensa. Milicianos del grupo guerrillero Hezbolá (Partido de Dios) amenazaron ayer con proseguir su combate contra el Ejército de Israel hasta que éste no retire los mil solados que tiene desplegados en la llamada franja de seguridad del sur de Líbano. Coincidiendo con esta amenaza, fuentes de los servicios de seguridad israelíes anunciaron ayer la detención en la frontera de Paraguay con Argentina y Brasil de un comando integrista de este grupo, si bien la policía brasileña dijo desconocer el caso.Un funeral por cuatro miembros de Hezbolá en Majd al Zun se convirtió en una manifestación de exaltación combativa del proiraní Partido de Dios. Unas mil personas acompañaron los féretros cubiertos con la bandera del grupo guerrillero mientras se clamaba contra la ocupación israelí. "Continuaremos nuestra resistencia sin importarnos lo que nos cueste", se leía en una pancarta deplegada en la mezquita, donde se vivía un intenso fervor bélico. Dos aviones israelíes sobrevolaron el lugar.
Unos kilómetros al norte, en Nabatiye, la ceremonia fue más sombría. Era el funeral y entierro de la familia destruida horas antes de la gran matanza de Qana, el día 18. Miles de personas acompañaron los nueve cadáveres, incluido el de la pequeña Nur -Luz, en árabe-, que sólo vivió cuatro días. El padre, que dejó su casa para hacer el peregrinaje a La Meca, ayudó ayer a enterrar a los suyos, con Nur depositada junto a su madre.
En el pueblo de Mansuri fueron inhumados los cuatro niños y las dos mujeres que perecieron al ser atacada -el día 13, desde un helicóptero- la ambulancia en que huían de los agresores.
Los términos del alto el fuego alcanzado el viernes dejan fuera las emboscadas en campo abierto de Hezbolá contra patrullas israelíes en la llamada zona de seguridad, como recuerda un observador militar, y son estos ataques, que costaron la vida a 22 soldados el año pasado y a siete en lo que va de 1996, lo que más preocupa al Ejército israelí, por encima de los ataques con cohetes contra localidades del norte de Israel.
No obstante, el compromiso explícito de Hezbolá contra los soldados puede tener también la vertiente secreta de atacar intereses israelíes allá donde puedan, como el plan presuntamente encargado al comando detenido en Latinoamérica, que, según la fuentes israelíes, actuaba por orden de Irán, el mismo tándem (Hezbolá-Irán) al que los israelíes atribuyen el atentado de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina, que costó la vida a 126 personas.
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