Integración social
En la sección de cartas de EL PAÍS del 10 de abril aparece una de doña Begoña Requera que, con el título ¿Integración social?, realiza unas observaciones sobre los Centros de Recuperación de Minusválidos Físicos (CRMF), en las que, si bien no se cita al Inserso, como responsable de los mismos quisiera contribuir a dar una imagen más positiva de los mismos.Comparto plenamente que la integración social y laboral de las personas discapacitadas en nuestro país es un objetivo aún no logrado, a pesar de los avances indudables de los últimos anos, gracias al esfuerzo de muchos: las ONG, los sindicatos, los empresarios públicos y privados que cumplen con la obligación de contratar discapacitados y también a los crecientes programas de integración de las diversas administraciones públicas.
Es cierto que un CRMF no es un centro de integración social. Es un centro de preparación para la integración laboral y, a través de ésta, de la integración social. Para ello, y aprovechando la capacidad de aprendizaje o de reconversión profesional de personas con graves limitaciones, éstas participan en cursos, que intentamos mantener actualizados de forma permanente, utilizando los avances tecnológicos, enseñando profesiones de futuro, relacionándonos con los empresarios, incorporándonos a los programas más innovadores de creación de empleo de la Unión Europea a través de la iniciativa Horizon.
En los últimos años, el Inserso ha hecho un enorme esfuerzo para renovar estos centros, que tienen instalaciones deportivas, actividades socio-culturales, rehabilitación médico-funcional, apoyo psicológico, etcétera, y cuentan con unos profesionales altamente cualificados y con gran sensibilidad social.
Nos queda mucho por mejorar. Queremos que los CRMF sean lugares temporales de
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aprendizaje, instrumentos eficaces para la colocación y no centros meramente residenciales. Sin duda existen fallos.
Para chicos y chicas jóvenes, la mayoría de nuestros residentes, con dificultades fisicas y sensoriales no es fácil vivir y trabajar en ellos. Pero desde luego lo que no existe son medidas coercitivas o situaciones de tensión o indefensión. Están las juntas de participación y la asamblea general como cauce de participación activa de los residentes y con cuya colaboración y estímulo seguiremos avanzando en el difícil reto de la integración.-
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