La 'cantada' del caballo

Los diputados regionales examinaron ayer al caballo Madrid, antes Remondo, cuatro Meses después de su salto a la Comunidad. Los socialistas, curiosos, aprovecharon para interrogar y criticar al Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón por la adquisición del animal, aprobada el 27 de diciembre de 1995. Ese día, la Federación Española de Hípica, con un aval público de la Consejería de Economía, compró el semental a un granjero belga por 97 millones de pesetas. Después le cambió el nombre y puso la imagen y la capacidad reproductora del equino al servicio de la administración regional. Hasta ayer, no hubo tiempo en la Asamblea de Madrid para debatir tan sonado fichaje. El asunto de Gobierno se despachó en una hora."No hay ningún caballo mejor en España. Creo que se clasificará para los Juegos Olímpicos de Atlanta. Si allí está entre los diez primeros, el éxito será rotundo y la promoción internacional de Madrid estará asegurada", sentenció convencido el consejero de Economía, Luis Blázquez.

Su departamento paga -10 millones del coste del aval- y asume los riesgos -tiene que vender el animal en enero para recuperar los 97 millones- de pesetas que la Federación pidió prestados-. Tanta generosidad no es gratuita pues la Comunidad de Madrid se queda a cambio con los derechos de imagen del caballo y con su capacidad reproductora. Agricultura comercializará el semen de Madrid a razón de 200.000 pesetas la dosis, según los cálculos del ex banquero Blázquez. La promoción internacional. de la Comunidad depende, en parte, de los saltos del animal, que ya cumplió los 12 años de edad y desde 1994 no consigue buenos puestos. en los concursos, de salto.

¿Y si no se clasifica para Atlanta?

"La vida es riesgo. Pero yo soy un optimista penitente", soltó ayer Blázquez.

La oposición estalló:"La promoción de la Comunidad en el exterior no puede depender de los éxitos deportivos de un caballo. Esto es como jugárselo en el casino de Las Vegas. Una operación fallida y superflua", le contestó el socialista Juan Antonio Barrio de Penagos.

"No está en. nuestra mano que se clasifique. Es un problema del caballo y de la Federación... pero tiene las máximas posibilidades de clasificación", concluyó Blázquez.

"Con los resultados del caballo nada permite hacer una apuesta tan arriesgada. Si no fuera porque este año los atléticos estamos de enhorabuena", (pitos), "le diría que tiene usted más moral que un socio del Atlético de Madrid".

Pero el consejero Blázquez olvidó las críticas, y comparó:

"Cantar Barcelona por Monserrat Caballé resultó muy importante para la imagen de esa ciudad. Eso valía mucho más que esto. Aquí somos mucho más modestos", explicó el consejero.

"¡No es comparable! A no ser que el caballo cante. En cualquier caso, esta operación es una gran cantada", dijo Barrio.

Los populares no aceptaron la crítica y contraatacaron.

"Es una idea imaginativa que no tiene ningún coste. Ustedes critican esta operación pero olvidan que una administración socialista buscó la promoción exterior comiendo langostinos en la ribera del Sena en París", denunció el diputado popular Fermín Lucas.

A los socialistas, la referencia les sentó mal:

"No es muy serio sacar el tema de los langostinos. A no ser que sea porque estamos en un debate sobre animales", replicó Barrio.

El consejero de Economía, aprovechó el rifirrafe para sincerarse: "Un sector cualificado de los medios de opinión rechazó la operación y las posibilidades de promoción del caballo se complicaron. Si hubiera tenido más, apoyo solidario de los medios habríamos ocupado más espacios en televisiones nacionales e internacionales".

En la sala de comisiones, el jolgorio -diputados y asistentes a la sesión reían las andanadas que unos y otros se lanzaban a cuenta del caballo Madrid- evitó a veces escuchar al orador. En una de esas, hablaba el consejero Blázquez y pidió al presidente de la comisión, Fernando Utande (PP), que hiciera el silencio. Éste regañó a los que alborotaban:

"Parece que han comido ustedes lengua..."

"Sí, de caballo", le contestaron al fondo.