La tasa de gasto farmacéutico español es la más alta del mundo industrializado

El gasto farmacéutico público español supone el 25,33% del sanitario, total frente a entre un 7% y un 13% en los países industrializados, lo que le sitúa en el porcentaje más alto. Una razón de ello, expuesta ayer en Madrid por el responsable de medicamentos genéricos de la Administración de EE UU, Gordon R. Johnston, es el bajo consumo de estos fármacos, sin marca comercial, que en su país abataron un 70% los precios.

El consumo de. genéricos en España apenas supera un 2%, mientras en Estados Unidos supone el 45% de todas las recetas, el 14% en Gran. Bretaña o el 30% en Alemania. Se trata de medicámentos elaborados a partir del principio activo, desarrollado por el laboratorio que lanzó la marca original, una vez que ha vencido su patente para la explotación del producto.La introducción de estos fármacos supuso al principio "una verdadera confusión del mercado, pero consiguió sólo en el primer año que las marcas originales bajaran . espectacularmente sus precios", aseguró ayer Johnston, responsable de medicamentos genéricos de la FDA (Administración para los Medicamentos y Alimentos) de EE UU en una jornada organizada por la Fundación Rich en Madrid.

Política retórica

El porqué en España no se han fomentado los genéricos es para Enrique Costas, economista y vicepresidente de la Comisión Abril que analizó la sanidad española, sólo un ejemplo de una política que calificó de "ineficaz y retórica". Costas resumió la situación actual con cuatro grandes rasgos: La existencia de un gasto en farmacia muy elevado en cifras absolutas -800.000 millones de pesetas el pasado año-; el "desmesurado" porcentaje de gasto farmacéutico sobre el gasto total sanitario -un 25,33%-, "que supone la cuarta parte de todos los recursos del sistema" y un ritmo de crecimiento por encima del que experimenta el PIB y el propio gasto sanitario. Costas lamentó la "ausencia de un debate social y político" en España sobre estas cuestiones.La Administración española se ha dedicado, según el economista, "a aplicar otro tipo de medidas llamativas y de escasa utilidad". Y se refirió, restándole importancia, a la elaboración de una lista de medicamentos no financiados por la Seguridad Social "casi todos obsoletos", o al acuerdo firmado con Farmaindustria para el descuento de un 3% en la factura farmacéutica a cambio de un crecimiento del mercado del 7%. "Este acuerdo es el ej emplo de una política paradójica", dijo Costas. "La industria ha conseguido un marco oficial de consumo protegido sin límites. Le permite aumentar el volúmen de negocio e introducir los medicamentos más caros", añadió. "Al final, todos estos descuentos tienen un efecto en las arcas del Estado que ingresa menos impuestos".

Costas criticó igualmente el control a través de las recomendaciones a los médicos para reducir la prescripción. "Puede que ahorre papel, pero gasto, poco. Al contrario, le estamos dando a todos los productos el mismo valor: el de una receta". En su opinión, el gasto público en medicinas va a ser determinante en el futuro del sistema sanitario español, "tanto por su cuantía como por su crecimiento acelerado y por su coste de oportunidad", es decir, por lo que se deja de hacer en el sistema por este gasto.

El economista cálculó que si la factura en farmacia se hubiera detenido en un 14% de todo el gasto sanitario, se hubiera ahorrado desde 1988 más de un billón de pesetas, cifra parecida al endeudamiento de la sanidad pública durante este tiempo.

"En España, la política de control ha omitido todas las medidas de eficacia probada en otros países", dijo Costas. Y se refirió a los precios de referencia, al establecimiento de una cláusula de economía para la introducción de nuevos fármacos valorando su coste-eficacia y al fomento de genéricos. En Estados Unidos han sido tanto las compañías aseguradoras como el Estado quienes han convencido a los médicos a base de campañas institucionales para recetar genéricos. "El negocio es el negocio y este es un mercado en expansión", dijo Johnston.