Arzalluz arremete contra el "chantaje sindical" y dice que todavía hay tiempo para pactar con el PP

El presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Xabier Arzalluz, calificó ayer de "chantaje sindical inaceptable" la reunión que mantuvieron el jueves los dos máximos responsables de CC OO y UGT con el presidente del PP, en la que Aznar les tranquilizó asegurando que la caja única de la Seguridad Social -una de las reivindicaciones nacionalistas- no se va a romper. Arzalluz aseguró momentos antes de que comenzara en Bilbao la Asamblea Nacional informativa que la negociación con el PP sigue adelante y que todavía hay tiempo porque la investidura se retrasaría hasta primeros de mayo.

"Yo deseo que haya un acuerdo [con el Partido Popular]", dijo el máximo dirigente del PNV momentos antes de que comenzara la reunión informativa de la Asamblea Nacional en Sabin Etxea, la sede del Partido Nacionalista Vasco en la capital vizcaína. Arzalluz reconoció que es "difícil" llegar a pactos de gobernabilidad de largo alcance con el Partido Popular, pero informó que los plazos para la investidura no se han agotado porque Aznar tiene previsto retrasar el debate hasta el 2 o el 3 de mayo. Horas antes, el lehendakari, José Antonio Ardanza, se había mostrado también favorable a intentar el acuerdo con el PP pese a los reveses obtenidos. De hecho, los nacionalistas vascos y los populares han mantenido numerosos contactos telefónicos desde el jueves para intentar reconducir el fracaso cosechado en el encuentro del miércoles.La Asamblea Nacional del PNV celebrada ayer fue meramente informativa y no se tomó ninguna decisión sobre el voto de los parlamentarios nacionalistas vascos.

Los miembros de la Asamblea Nacional escucharon las explicaciones de los representantes de la dirección peneuvista acerca de las reuniones mantenidas entre el PNV y PP y sobre el resultado de los dos encuentros al más alto nivel celebrados entre los presidentes de ambas formaciones, Xabier Arzalluz y José María Aznar. Tras el fracaso, del encuentro celebrado el miércoles, el PNV anunció que prácticamente quedaba descartado el voto afirmativo de los cinco parlamentarios del Grupo Vasco en la sesión de investidura. Ayer, Arzalluz dijo que no había nada decidido.

El desacuerdo en aspectos sustanciales del desarrollo estatutario -sobre todo los relacionados con los capítulos económicos, tributarios y sociales como el Instituto Nacional de Empleo (Inem), la gestión autónoma de la Formación Profesional Continua y Ocupacional y una capacidad similar en materia normativa de IRPF a la navarra- borró el buen sabor de boca que había dejado Aznar a Arzalluz en su encuentro del martes en Madrid.

Pero el enfado del PNV llegó por lo que considera una "intromisión" en la negociación por parte de los sindicatos UGT y CC OO: la reunión con José María Aznar.

Arzalluz interpreta estos movimientos sindicales como un intento de "chantaje inaceptable y antidemocrático" y se mostró de acuerdo con el sindicato ELA-STV, quien el jueves acusó a ambas centrales de ser "la punta de lanza de la involución contra el Estatuto" vasco. El presidente del PNV dijo que estos movimientos están alterando de una forma "brutal" las negociaciones y advirtió a CC OO y UGT que tendrán "absolutamente enfrente al PNV, con las consecuencias que esto traiga" por su oposición a las pretensiones del PNV. CC OO y UGT respondieron anoche con un comunicado conjunto en el que afirman que "las declaraciones del Sr. Arzalluz son desafortunadas políticamente, improcedentes y, sobre todo, intolerables". En el comunicado, los sindicatos señalan que no son responsables del "posible fracaso" en las negociaciones entre el PP y el PNV y justifican su defensa de la caja única de la Seguridad Social en que es "uno de los pilares en que se asienta el Estado de bienestar".

Ya en la reunión, los negociadores explicaron a los miembros de la Asamblea que a esa voluntad genérica puesta de manifiesto por los populares en las diferentes reuniones no siguió una concreción en las propuestas. Los populares " se pierden en un mar de imprecisiones", dijo Egibar, quien precisó que el núcleo fundamental para considerar cerrado el Estatuto de Gernika queda aún pendiente.