_
_
_
_
TRIBUNALES

El Supremo eleva las penas a tres jóvenes por agredir a un negro

El Tribunal Supremo ha elevado las penas contra tres jóvenes racistas que agredieron a un ciudadano español de raza negra, Abilio Winston, en 1992 en Barcelona, A Alejandro Marín y Enrique Villalba les condena a 10 años, y a Mario Fabián, menor de edad, a cinco, como autores de un intento de asesinato. La Audiencia Provincial había impuesto, tras considerar únicamente delitos de lesiones y danos, seis años a Marín y Villalba y uno a Fabián. El alto tribunal estima ahora los recursos planteados por el fiscal y la acusación representada por SOS Racismo de Cataluña.La agresión se produjo sin previo aviso y sin posibilidad de defensa para la víctima, quien perdió el ojo derecho y 11 dientes y resultó con varias fracturas de hueso.

El Supremo valora que, aunque el ataque no fue premeditado, sí existió en los agresores "ánimo de matar" porque se usaron medios para ello como piedras y travesaños, algo que demuestran, además, las graves secuelas que padece la víctima.

Abilio Winston, de 44, años, nacido en la ex colonia española de Guinea Ecuatorial, se encontraba el 27 de septiembre de 1992 adormecido en un banco de la Plaza de Lesseps. Los procesados, junto con dos menores, pensaron increparle para que se marchase, pero luego decidieron agredirle. Marín y Villalba se taparon la cara con sus jerseys para no ser reconocidos y, tras arrancar travesaños de madera de otro banco de la plaza, se dirigieron al banco donde se hallaba Winston. Le atacaron desde ambos lados del banco "sin darle posibilidad alguna de defenderse o de huir". Marín y Villalba le dieron "repetidas veces con los palos, golpes que iban dirigidos a la cabeza", mientras que los otros agresores le lanzaron piedras.

Golpes en el cráneo

El tribunal considera que la "zona elegida" por los acusados para agredir a la víctima fue el cráneo donde "el riesgo de causar lesiones letales es elevado" y señala que "si el ánimo hubiera sido simplemente lesivo, habrían elegido otras zonas donde las ropas y la propia constitución anatómica habrían amortiguado los impactos, evitando las consecuencias tan graves y peligrosas como las constatadas por los médicos forenses.Por lo tanto, existió "un incuestionable ánimo homicida que no se concretó en la realidad por circunstancias ajenas a la voluntad de los agresores".

La sentencia del Supremo fija además una indemnización de 23 millones a la víctima, que los tres condenados deberán pagar solidariamente, aunque el menor de edad se declara insolvente.

Enrique Villalba resulta condenado además, al pago de costas de su recurso de casación por haber acudido sin fundamento ante el Supremo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_