La Xunta cree aceptable la nueva fórmula de cesión del 30% del IRPF

El PP está a punto de sortear uno de los últimos obstáculos al acuerdo con CiU. Galicia, la comunidad gobernada por el presidente-fundador del partido, Manuel Fraga, y la única que recurrió en su día ante el Tribunal Constitucional el traspaso del 15% del IRPF, está ahora dispuesta a aceptar la nueva fórmula para la transferencia del 30%. Según fuentes de la Xunta, la propuesta que negocian en los últimos días PP y CiU incluye garantías compensatorias suficientes para las comunidades con menor nivel de renta.En función de estas garantías, el Gobierno gallego está dispuesto a aceptar, en principio, el nuevo modelo. Después de sus constantes advertencias de que se opondría a un sistema de financiación que beneficiase sólo a Cataluña, Fraga parece darse por satisfecho con la última propuesta presentada la pasada semana por José María Aznar.

Fuentes de su Ejecutivo confirmaron ayer que la Xunta comparte "los criterios, generales" y no planteará objeciones de fondo, siempre que sus contenidos esenciales no se desvirtúen en el curso de las negociaciones.

Pero lo más importante, según las citadas fuentes, es que se van a establecer mecanismos compensatorios para las comunidades que recaudan menos, como Galicia. "Nuestra postura es coherente porque eso es lo que venimos reclamando desde l993", declaró un portavoz del Gobierno de Fraga.

Esos mecanismos todavía no han sido explicados, aunque podrían funcionar como una especie de fondos de cohesión interterritorial. En 1995, con el actual sistema de cesión del 15% del IRPF, Galicia hubiese percibido 2.160 millones de pesetas, casi cinco veces menos que Cataluña, que tiene algo más del doble de población.

La oposición gallega ya afila sus lanzas para arremeter contra lo que entiende un cambio de posición de Fraga. El líder del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Xosé Manuel Beiras, le emplazó ayer a explicar cuáles son las compensaciones que recibiría Galicia. Beiras acusó a Fraga de permanecer ausente de las negociación, cuando debería haber aprovechado su peso político en del PP para plantear a Aznar "mínimos exigibles".