¿Hasta cuándo?

Leo con espanto e indignación noticias sobre la tortura y encarcelamiento de mi amigo y ex alumno guineano Amancio Nsé Angüe.Amancio es (y espero que cuando escriba estas líneas esté en condiciones de seguir siendo) un hombre inteligente, honesto, amable, profesional competente y demócrata militante. No era ningún secreto en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid la impaciencia de Amancio por titularse y volver a su Guinea natal -de la que nos hablaba con enfervorizado cariño- para colaborar en la construcción del país moderno, libre y democrático que ni Macías ni la lamentable política descolonizadora española había sabido auspiciar.

A lo largo de los últimos años he seguido de cerca los pasos y vicisitudes de Amancio, conociendo de su propia boca los graves riesgos que comporta en Guinea el ejercicio de las más elementales libertades ciudadanas, aunque él, siempre de buen humor y quitando importancia a la terrible realidad, se empeñaba en aceptarlos, presentándolos como simples inconvenientes inherentes a su actitud luchadora.

Ahora Amancio ha engrosado la nómina abierta de guineanos brutalmente destrozados por la gentuza que gobierna el país, torturando y asesinando mientras las multinacionales hacen negocio en sus aguas a la luz de la "prudente diplomacia" de los Gobiernos occidentales.

¿Hasta cuándo este estado de cosas? ¿Nadie tiene interés serio en poner fecha de caducidad a la tiranía? ¿Cuántos litros de sangre humana hacen falta todavía para equilibrar el precio de un barril de petróleo guineano? Demasiadas preguntas sin respuesta para la gente decente.

Desde estas líneas quiero sumarme públicamente a la denuncia de Amnistía Internacional

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sobre la situación de mi amigo, al tiempo que envío a su mujer y sus cuatro hijos un fuerte abrazo con mi mensaje de solidaridad y esperanza.-