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Enganchados al móvil

El teléfono celular, con cerca de 1,3 millones de abonados, consolida una demanda superior a la de las Iíneas fijas

Suena por todas partes: el regalo de moda bate récords. Cerca de 1.300.000 ciudadanos tienen ya teléfono móvil. Los pitidos surgen en cines, hospitales, playas o iglesias. Tanta es la presencia que en el Auditorio Nacional de Madrid piden a los melómanos que desconecten el artilugio durante el concierto, algún restaurante de lujo solicita a sus comensales que prescindan del invento y las compañías aéreas restringen su utilización a bordo.Crecen como la espuma. El paisaje se ha cuajado de personajes que hablan solos mientran caminan por la calle, van al volante o toman el sol en la playa, Y a nadie extraña. Los teléfonos móviles o celulares han irrumpido con fuerza en la vida cotidiana de los españoles. Desde hace poco menos de un año hay más demanda de estas líneas que de las fijas (las 15.769.000 en toda España hablan de un mercado de telefonía tradicional bastante bien cubierto).

El nuevo artilugio se impone. Tanto Telefónica Móviles como Airtel, las dos compañías que ofrecen el servicio de móviles (la primera en las dos modalidades: analógico

[MoviLine] y digital

[MoviStar] y la segunda únicamente en digital, planean una fortísima expansión.

A finales del pasado marzo, Telefónica tenía 1.074.000 abonados a MoviLine y 134.000 a MoviStar. La firma más veterana señala que el 40% de sus clientes están en Cataluña y Madrid, pero es Baleares la que tiene más móviles por habitante: 5 celulares por cada 100 pobladores.

Airtel, que sólo opera en GSM y comenzó a hacerlo el pasado octubre, da la cifra de 74.000 clientes. También en este caso Madrid (27.000 abonados) y Cataluña (20.000, de los que 16.000 corresponden a Barcelona) están en cabeza.

Regalo por excelencia

El auge cristalizó hace menos de un año. En mayo de 1995, la demanda de celulares superó por primera vez a la de líneas fijas en España y el año se cerró con la misma tónica. El móvil fue el regalo por excelencia de las últimas fiestas navidefñas. También se registró un tirón de ventas con motivo del pasado día del Padre. Y es que el celular es cosa más de hombres que de mujeres. Al menos de momento, porque, las abonadas aumentan, según fuentes del sector.

La popularización ha traído consigo un cambio en el perfil de los usuarios. Hasta el año pasado, el móvil era un instrumento propio de ejecutivos y profesionales liberales, que primero recurrieron al teléfono en el coche y luego optaron por el de bolsillo.

Enrique N., un empresario con veteranía en el móvil de bolsillo (hizo el número 711 al contratarlo, en 1990), ve así el cambio. "Al principio, cuando hablabas por la calle, la gente te miraba como si estuvieras loco. En los bancos te obligaban a dejar el teléfono en la entrada y en el Ministerio de Defensa me hicieron depositarlo en el armero", recuerda. "Otra vez un policía municipal de Madrid que me vio hablando se empeñó en pedirme la licencia de radio aficionado. Tuve que llamar a su propia centralita para que convenciera de que no era un transmisor".

Para este empresario treintañero, el móvil es una herramienta de trabajo imprescindible y abaratada. Su primer teléfono le costó 310.000 pesetas más el enganche". El segundo, adquirido el pasado noviembre, supuso 35.000 pesetas, todo incluido".

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