El Papa advierte sobre cuatro tentaciones del Diablo para el clero

Cuatro "tentaciones que, a veces, por insidia del Diablo, se presentan bajo la apariencia de bien" señala Juan Pablo II a los religiosos y religiosas católicos en Exhortación Apostólica sobre la Vida Consagrada, publicada ayer por el Vaticano. El documento presenta las conclusiones del Papa sobre el Sínodo de 1995 dedicado al clero.

La primera tentación que los católicos consagrados sufren en este fin de milenio son "las modas del momento" que les acechan cuando tratan de responder "a la legítima exigencia de conocer la sociedad moderna para responder a sus desafíos". La segunda es "un cierto sentimiento de superioridad con respecto a los demás fieles". Ocurre luego que "el deseo loable de acercarse a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, creyentes o no creyentes, pobres y ricos, puede llevar a la adopción de un estilo de vida secularizado". Y viene, por fin, el riesgo de "abrazar formas de nacionalismo o de asumir prácticas" poco evangélicas por el deseo de "compartir las aspiraciones de la propia nación o cultura".El antídoto contra estas contaminaciones es el cumplimiento de los tres votos de castidad, pobreza y obediencia, eje central de la exhortación del Papa frente a un mundo que "provoca" con su "cultura hedonística", con su "materialismo ávido de poseer" y con su "uso deformado de la libertad".

Los religiosos y religiosas, destaca Juan Pablo II, deben usar "el propio hábito, adaptado a las circunstancias de los tiempos y los lugares", o, "emplear un vestido sencillo y decoroso, con un símbolo adecuado, de modo que sea reconocible su consagración".

La pobreza merece una consideración especialmente amplia en el documento, tanto en la vertiente de las relaciones de los institutos con el mundo, que deben regirse por "la opción preferencial por los pobres", como en las relaciones entre las distintas órdenes, llamadas a prestarse 11 asistencia mutua" en la disparidad de situaciones incluso materiales determinadas por "los dolorosos momentos de crisis" que viven muchos institutos.

El Papa expresa su "alegría y esperanza" porque "vuelve a florecer el antiguo orden de las vírgenes" que, como "la consagración de las viudas", se ofrece a la mujer que quiera servir castamente a la Iglesia sin abandonar el mundo.

En Madrid, Carlos Amigo, Arzobispo de Sevilla, que presentó el documento, señaló que una de las claves del mismo reside en que "todo está contemplado desde la fe", informa

El documento vaticano deja pendiente, una vez más, según se hizo constar en Madrid, el viejo contencioso entre una Iglesia puramente contemplativa y otra que funciona en la práctica real como trabajadora directa en la sociedad: "Se trata de un documento en el que se echan en falta las implicaciones políticas y en el que la figura de Jesús aparece como apolítica, sin que se descubra al Jesús histórico", dijo ayer José de Cristo Rey y García de Paredes, director del Instituto Teológico de vida Religiosa.