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El FBI trata de reducir a un grupo de extremistas armados en Montana

Antonio Caño

Agentes de la policía federal conducen difíciles negociaciones con un grupo de extremistas antigubernamentales que permanecen encerrados con armas en un rancho de Montana en desafío de la autoridad estatal. Aunque los encerrados dicen estar dispuestos a defenderse hasta la muerte, el FRI intenta evitar que se repita el baño de sangre en que acabó hace tres años un caso similar en Waco (Tejas).

La policía ha desplegado en torno al rancho, situado en la pequeña ciudad de Jordan, a un centenar de agentes, pero todos tienen orden de no utilizar la fuerza contra los encerrados, a pesar incluso de que éstos han disparado ya varias veces contra grupos de periodistas. "No queremos hacer un asedio ni usar equipo militar", ha asegurado la fiscal general, Janet Reno, que ha prometido evitar las medidas extremas que se utilizaron en Waco.Se calcula que toman parte en el encierro una docena de miembros de una organización de extrema derecha conocida como Freemen (Hombres Libres). Su movilización comenzó el lunes tras la detención de dos dirigentes de esa organización acusados de fraude y de reiterado impago de impuestos.

Freeman es un grupo famoso en Montana por su violenta oposición a los impuestos y a las leyes nacionales. La organización ha declarado la soberanía en sus territorios, que defienden a tiro limpio, y rechaza toda clase de obediencia a la autoridad estatal.

Frente al rancho en el que permanecen encerrados han colocado un aviso en el que aseguran que dispararán contra cualquier policía, agente del FBI u otras personas que traten de penetrar sin permiso.

Apoyos del exterior

Para agravar la situación, miembros de milicias de extrema derecha de lugares próximos han anunciado que se desplazarán hasta Jordan para vigilar que la autoridad no hace uso de la fuerza contra los encerrados y, eventualmente, intervenir en ayuda de éstos. Al parecer, entre los miembros de Freeman que permanecen dentro del rancho, conocido como Justus Township, hay mujeres y niños.

Aunque la policía trata de ser extraordinariamente cuidadosa para evitar violencia, los reporteros norteamericanos que están en Jordan temen que si no intervienen las autoridades lo hagan pronto los propios habitantes del pueblo, que están hartos de soportar la tiranía de los miembros de Freeman. "Llevamos viviendo en esta situación desde hace dos años y queremos ponerle fin. Están arruinando nuestras vidas y lo van a pagar con sangre", decía uno de los vecinos del lugar en una asamblea celebrada en Jordan.

El principal temor de la policía es el de que los vecinos intenten impedir la llegada al pueblo de las milicias que han anunciado su presencia, entre las que se encuentra una famosa llamada Milicia de Montana, que comparte las consignas ultraderechistas y anti-Gobierno de otros grupos que se dieron a conocer hace un año por su implicación en el atentado de Oklahoma. "Queremos advertir a las milicias que no son bienvenidas", dijeron el miércoles los habitantes del pueblo.

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