Naufragios de ciudad

Había que tener muchas ganas de aventura para meterse ayer al mediodía, con la que estaba cayendo, en las recelosas aguas del río Guadarrama a su paso por Collado Villalba (29.000 habitantes). Pero algunos no se arredran así caigan chuzos de punta. Una docena de piragüistas y tres estrafalarias embarcaciones se propusieron cubrir los dos kilómetros de agua entre las vías del ferrocarril de Segovia y el puente de hierro de la calle Real. Mal que bien, todos legaron enteros a la meta.

A los casi 1.500 vecinos que se agolparon a ambos márgenes del río se les veía con mono de tan lúdico descenso. Aunque ayer cumplía su novena edición, este evento no se celebraba desde 1991 porque el Guadarrama -cosas de la sequía- no bajaba con suficiente agua. Ayer, la corriente era generosa y hubo chapuzones varios.

Quienes se llevaron el gato al agua -dónde, si no- fueron Los Náufragos de la Isla, cuatro jovenzuelos con una balsa de bidones, tablas y unas palmeras con sus cocos. "Tres semanas nos tiramos haciéndola", subrayaba Pablo Sánchez, de 18 años. "La probamos y se movía bastante, así que contábamos con acabar en el agua". No les importó. Las 30.000 cucas del primer premio les compensaron.

En segundo lugar quedó Cucurrucu, el equipo de Truman César y Raúl, de 19 años, inspirado en el omnipresente Rambo de Santiago Urrialde. "Es un homenaje a los caídos de Vietnam", decía el melenudo Raúl entre muecas.

Los píragüistas, en bajada cronometrada, se lo tomaron en serio. Se impuso Andrés del Riego, con tres minutos y 50 segundos. Otros, como los miembros del club Ciencias de Madrid, tuvieron menos suerte. "El Ayuntamiento no nos deja entrenar en el lago de la Casa de Campo", se lamentaba Daniel Alonso, de 23 años. La organización -la peña Campera- prometió que el año que viene, más.