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Solana trata de convencer al Kremlin de que la ampliación de la OTAN no perjudica a Rusia

Pilar Bonet

El secretario general de la OTAN, Javier Solana, se empleó a fondo ayer en Moscú para convencer al Kremlin de que la ampliación de la OTAN al este de Europa no va en detrimento, de los intereses rusos. A juzgar por los resultados de los contactos oficiales e informales que Solana mantuvo para dorarle la pildora a Rusia, el alto funcionario no logró su fin, pero propició el debate en esta espinosa cuestión, que el Kremlin percibe como una amenaza para su seguridad.

Sin entrar en el contencioso de fondo entre la Alianza Atlántica y Rusia (las verdaderas razones de la diferencia entre las puertas que la OTAN abre a, los países del Este y a Moscú), el ministro de Defensa, Pável Grachov, accedió a los ruegos de Solana para aprovechar más las posibilidades infrautilizadas de cooperación con la OTAN. Rusia mandará oficiales de enlace permanente a la sede militar de la Alianza Atlántica en Bélgica y puede desarrollar más concretamente este mismo año el marco del programa de Asociación por la Paz, que firmó en 1995.Grachov expresó su confianza en que la llegada de Solana a la OTAN facilite la búsqueda de "formas más estrechas de cooperación". Y Solana elogió profusamente el ejemplo de colaboración ruso-atlántica en Bosnia, reiteré las propuestas para establecer una "cooperación particular" con Rusia y para elaborar un documento marco político, que establezca las bases de cooperación y consulta.

Aunque el alto funcionario no aporta argumentos nuevos a una polémica donde las posiciones de Moscú y la Alianza Atlántica están estancadas, el secretario general presenta los existentes con su propio estilo: desglosa los hechos concretos en lo que él denomina "un enfoque racional" y trata de demostrar que las decisiones de la OTAN, tomadas aisladamente, no son un peligro para Rusia. Así, Solana insistió en que la OTAN ha recortado sus fuerzas nucleares en un 80% y que "ha retirado todos los misiles nucleares de Europa".

El énfasis que el secretario general puso en afirmar el compromiso de la Alianza con la. reducción de armamentos nucleares supone una respuesta a los representantes rusos, que mencionan cada vez a más alto nivel la posibilidad de un rearme nuclear táctico en las fronteras de Rusia, si la OTAN se acerca a ellas. Desde la posición rusa, este rearme no sería un pataleo resentido por quedarse fuera del club, sino una respuesta adecuada a la "inevitable" nuclearización de los enfoques de la seguridad en Europa que la ampliación de la Alianza Atlántica traería consigo.

Relaciones públicas

Solana ha hecho una intensa campaña de relaciones públicas en Rusia en vísperas de su visita, la primera que realiza un secreta rio general de la OTAN a Moscú desde 1992. En los últimos días son muchos los medios de comunicación que han publicado en trevistas o artículos del secreta rio general, quien continué ayer" su proselitismo en un debate del Consejo de Política Exterior y de Seguridad, un club de élite al que pertenecen político y representantes del mundo de los negocios. Allí, un destacado miembro de la nueva élite económica rusas, Serguéi Yegórov, el jefe de la Asociación de Bancos de Rusia, calificó la ampliación de la OTAN al Este de Europa como "desfavorable".

En el debate estaban presentes los autores de un artículo publicado ayer en Nezavísimaia Gazeta en el que se contestaba a los argumentos expresados por Solana un día antes en. el mismo periódico. La afirmación categórica sobre el carácter inevitable de la ampliación de la OTAN hacia el Este, señalaba el artículo, sirve de "punto de partida" para los planes "más extremistas", desde la renuncia a ratificar el tratado START-2, o salir del tratado de armas convencionales, hasta la promesa de colocar armas nucleares tácticas en las fronteras occidentales y la denuncia del acuerdo que puso fin a la URSS en 1991.

La "garantía nuclear norteamericana en Europa" es la única forma que tiene la OTAN para asegurar la defensa de los nuevos miembros, considerando la reducción de los ejércitos occidentales, opinaban los analistas. En este marco, Serguéi Karagánov, miembro del Consejo Presidencial de Borís Yeltsin y director del Instituto de Europa, acusó a la OTAN de haber "nientido" a Rusia y de "mentir se a sí misma" al ignorar los pactos de no ampliación de la OTAN que supuestamente se hicieron con motivo de la reunificación alemana. A este argumento, Solana respondió que el Pacto de Varsovia aún existía cuan do se negoció la reunificación alemana y, por lo tanto, hubiera sido muy difícil lograr un compromiso sobre la no expansión de la OTAN entonces, cuando las tropas soviéticas estaban aún en territorio alemán.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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