Encarcelado un joven, acusado de degollar a una profesora en su casa de Ciudad Real

Alejandro Arias Soriano, de 21 años, ingresó ayer en la prisión de Herrera de la Mancha, acusado de degollar a Gemma Serrano Fernández, una profesora de 28 años. El crimen se produjo el pasado sábado, en el domicilio de la víctima, en la localidad ciudarrealeña de Hinojosas de Calatrava. Según fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Ciudad Real, el homicida robó a la víctima 85.000 pesetas y una pulsera. La familia del presunto criminal abandonó el domingo el pueblo, ante el temor a sufrir represalias.

El crimen se produjo alrededor de las siete de la mañana del pasado sábado, cuando la víctima, que trabajaba como profesora de Lingüística en un instituto de Tomelloso, se encontraba sola en su domicilio de Hinojosas. Su marido, empleado en una carnicería de Puertollano, se marcha habitualmente a trabajar sobre las 6.30 de la mañana.Una tía de la víctima fue quien, alrededor de las 10.30 de esa misma mañana, encontró el cadáver, que presentaba un profundo corte en el cuello y numerosas heridas de arma blanca en las manos, de lo que se deduce que mantuvo un desigual forcejeo con su agresor.

Según fuentes de la Guardia Civil, el presunto asesino estuvo de copas con unos amigos hasta las siete de la mañana. Después, se introdujo en la casa de Gemma a través de una ventaja vieja sin cerrojos que da a un patio interior, al que el detenido accedió tras recorrer unos 200 o 300 metros andando por los tejados y saltando tapias.

Una vez dentro y con la intención de robar, fue sorprendido por Gemma Serrano, que ya se había levantado para estudiar el temario de unas oposiciones, ya que la plaza que actualmente ocupaba en el instituto de Tomelloso la tenía en calidad de interina.

Al escuchar ruidos procedentes de las habitaciones que dan al corral, la mujer descubrió al intruso y se entabló entre ambos una fuerte lucha que terminó con la muerte de la joven, a quien su agresor le asestó varias puñaladas, una de las cuales le seccionó la yugular. Inicialmente se dijo que la profesora estaba embarazada, pero las informaciones posteriores han desmentido este extremo.

El cadáver también presentaba cortes en las manos, donde también se hallaron pelos del asesino y restos de su piel en las uñas de la víctima.

El presunto asesino se lavó las manos en el mismo lugar de los hechos y se marchó por donde había entrado, dejando tras de sí un largo rastro de sangre.

Ropas ensangrentadas

La unidad orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil comenzó rápidamente las investigaciones, que enseguida dieron sus frutos. Así, se peinó toda la localidad (de unos 900 habitantes) y se cercó una zona donde fueron halladas ropas con sangre. Posteriormente se localizaron en un principio a unos cuatro sospechosos, siendo finalmente arrestado en la mañana del domingo Alejandro Arias Soriano como presunto autor del crimen, que. se ha confesado culpable.

En el registro practicado en el domicilio de la víctima se hallaron 85.000 pesetas que el presunto asesino había sustraído de la casa de su víctima, así como una pulsera. Además en el tejado de la casa contigua se encontraron los mangos de los dos cuchillos que presumiblemente utilizó para dar muerte a Gemma Serrano y que se rompieron durante el, forcejeo.

En un principio la Guardia Civil no pensó que el móvil del crimen pudiera ser el robo, ya que en un cajón entreabierto había dos relojes de oro, así como otros objetos de valor que el asesino no se llevó. Después, tras tomar declaración al marido de la víctima, se supo que faltaban 85.000 pesetas que posteriormente fueron encontradas en el domicilio de Alejandro Arias, un joven sin antecedentes penales, pero próximo a la delincuencia, ya que se le relaciona con pequeños robos.

La madre del detenido, dos de. sus hermanos y el abuelo materno fueron evacuados del pueblo por la Guardia Civil, mientras se procedía al entierro de la profesora asesinada. La familia del presunto homicida, atemorizada ante. posibles represalias del vecindario, se ha trasladado al domicilio de unos parientes de Tarragona.

El presunto homicida prestó declaración ante el juez de Instrucción número 1 de Puertollano, quien decretó su ingreso en la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real). Fuentes del Gobierno Civil aceptan como "posible" que el agresor conociera a su víctima, aunque señalan que el robo fue el único móvil del crimen.