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La riqueza brasileña de los Raimundos

LA SEMANA EN ROCKPara empezar, es obligatorio reseñar la inmensa noche de blues que regaló al grupo de enamorados del género, que abarrotaban el Colegio Mayor S.J. Evangelista, uno de los mejores intépretes españoles de armónica: Ñaco Goñi. Acompañado por una superbanda de amigos -Tonky de la Peña, Antonio Serrano, Malcolm Scarpa y los Bluescabidas, entre otros-, el genial Ñaco Goñi brindó una exhibición de más de dos horas, a base de un estilo musical que ya ha enterrado sus raíces en nuestro país. El blues en España también se mueve, y de qué manera. También pasó por nuestro país una venus escandinava, Rebecka Tórnqvist, para hacer lo propio con su disco de debú, Good thing. Esta bella rubia de ojos azules escogió para la ocasión un planteamiento acústico, que sorprendió muy gratamente a quienes sólo la conocían enlatada y con ese cierto aire blando, a lo Abba, que terminan por destilar la mayor parte de los artistas de pop suecos en sus grabaciones. Su dulce e íntima interpretación de Sleep tigh, I don't know why y, sobre todo, la emocionante I do, parecían orientarse más en el clima y estilo de una Rickie Lee Jones que en la mencionada línea ultra-convencional. Será cosa de volverla a ver, esta vez acompañada de banda al completo.A la mitad de la semana, dio tiempo (le descubrir a los Super Skunks, joven formación nacional que practica un a trío, con un cantante que, se, emplea en el modo de rapear a lo Red Hot Chili Peppers. Suenan compactos, y andan con un disco producido por ellos, a la espera de que alguna grabadora, como llaman en Brasil a las compañías de discos, se anime.

Precisamente de Brasil vinieron a presentarse los Raimundos. Fueron teloneados por un grupo sorpresa: nada menos que los madrileños Tribu X, con medias de señora en la cabeza y ofreciendo una buena dosis de la carga energético-musical de su segunda producción discográfica, ¿Sí o no? Una buena muestra de todo lo que, escénicamente, han aprendido en apenas un año: un montón.

En cuanto a los brasileños cabeza-de-cartel, los Raimundos son un potente cuarteto inmerso en una tremenda esquizofrenia musical. Durante la primera parte de su actuación parecieron cualquier banda de punk angelino. En la segunda, en cambio, exhibieron maneras más versátiles, armónicas, vocales y, por supuesto, rítmicas, dada la riqueza de síncopas que la banda, por proceder de la tierra del forró, atesora.

El concierto, que terminó en fiesta, fue culminado con una versión del tema Give it away, -de los Red Hot Chili Peppers, con el concurso de la voz de Joseba Elola, líder de Tribu X, acompañando a los brasileños. Más mestizaje imposible.

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