Derroche español
Entre los argumentos contra el Plan Hidrológico Nacional presentado por el ministro de Obras Públicas, José Borrell, destacaba uno: no se planteaba como prioridad poner fin a las fugas de agua en las obsoletas canalizaciones de regadíos agrícolas y abastecimientos urbanos. El caso es especialmente grave en los regadíos, que se llevan el 80% del consumo de agua en España. El Ministerio de Agricultura ya presentó un plan de modernización de regadíos. Las redes urbanas han merecido menos atención.Los ecologistas estiman en un 40% las pérdidas en las redes urbanas. La Asociación Española de Empresas de Abastecimiento de Agua reconoce una pérdida media de entre el 20% y el 25% en las cañerías.
Es fácil percatarse: ¿Por qué se iban a producir, si no, ahorros tan significativos en el consumo de agua cuando se decide hacer cortes nocturnos?
Organizaciones ecologistas como Coda y Aedenat insisten mucho en que el dinero destinado a hacer embalses y trasvases debe dirigirse a mejorar otras infraestructuras, como estas vetustas canalizaciones, o a crear otras nuevas.
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