González y Pujol coinciden en que la investidura de Aznar tardará mucho más de lo previsto
Felipe González y Jordi Pujol coincidieron ayer en que el proceso de investidura de José María Aznar como jefe del Gobierno será mucho más largo de lo que inicialmente se podía prever. El presidente del Gobierno en funciones y el de la Generalitat de Cataluña y de Convergència i Unió se entrevistaron ayer al mediodía en La Moncloa durante dos horas. Más tarde, Pujol almorzó en el Banco de España con el gobernador de esta institución, Luis Ángel Rojo. El encuentro con González se ha adelantado a la anunciada entrevista de Pujol con Aznar.
"Nosotros", explicó Pujol a su regreso a Barcelona, hablando en nombre de CiU, "deberemos tomar en las próximas semanas decisiones muy importantes desde el punto de vista de la problemática general de España y que, naturalmente, tendrán repercusiones económicas. Me convenía una información lo más completa posible y de primera mano sobre algunos aspectos de la situación política, social, económica y de las instituciones políticas y jurídicas". Con Rojo, añadió, tenía ganas de que le explicara "cómo ve las cosas desde su perspectiva".Fuentes cercanas al presidente catalán justifican el viaje de Pujol a Madrid por su interés en conocer las repercusiones políticas, económicas, sociales e institucionales que tendría una eventual repetición de las elecciones si todas las fuerzas políticas mantuvieran las posiciones de partida ante la investidura de José María Aznar y éste no la alcanzase. O en el mejor de los casos, si se produjese tal investidura, pero agotando todos les plazos.
No deseable, pero posible
El presidente catalán ha declarado en los últimos días que la repetición de las elecciones no es deseable, pero tampoco puede descartarse. Y que los buenos datos macroeconómicos le permitían afirmar que España, podría soportar esa prueba. Probablemente este análisis lo chequeo ayer con las opiniones y con los datos de González y de Rojo.
Pujol admitió ayer que con González comentó las posiciones de sus respectivas fuerzas políticas ante la votación de investidura, -CiU es reacia a ir más allá de la abstención y el PSOE no renuncia a votar en contra, con lo que Aznar lo tiene muy difícil-, pero dio a entender que no era ése el tema central del encuentro, porque son posiciones ya conocidas, y que no habían tratado de convencerse mutuamente de que cambiaran de opinión.
El presidente catalán explicó que como González conoce mejor al PP y a Aznar que él, le convenía también conocer la opinión del presidente, al que en ningún caso calificó con la coletilla de "en funciones". Lo importante, insistió, era recoger información que "nos permita calibrar la importancia de las decisiones que hemos de tomar". Anunció que "un día de éstos" se verá con Aznar y que las entrevistas con éste se repetirán. No reveló la fecha, pero todo indica que será este fin de semana.
González no hizo declaraciones sobre su encuentro con Pujol. Ambos acordaron, al finalizar la entrevista, que fuera el presidente de la Generalitat quien las hiciera al ser él quien había tomado la iniciativa de la reunión. El presidente del Gobierno en funciones era reacio a este encuentro antes de que Pujol se viera con Aznar, para que no se interpretara como que pretendía interferir en las conversaciones entre ambos líderes.
No obstante, González hizo una referencia al encuentro con Pujol con sus colaboradores. Aseguró que los dos coincidieron en que el proceso de negociación de Aznar, tanto para la investidura como para contar con una mínima estabilidad de Gobierno, será largo.
González argumentó también que las bases del partido de Pujol son muy reacias al pacto con Aznar por la actitud que el líder del PP ha mantenido ante el nacionalismo catalán. El líder del PSOE añadió que el presidente de la Generalitat había insistido en que necesitaría mucho tiempo para asumir cualquier tipo de acuerdo con el presidente del PP.
Un aliado de futuro
González quiere que Aznar forme Gobierno y que cuente con los apoyos suficientes que sólo se los puede dar Pujol, pero tampoco desea que el compromiso del presidente de la Generalitat con el líder del PP vaya mucho más allá porque Pujol no deja de ser para los socialistas un aliado potencial para el futuro. Tanto González como Pujol juegan con estas cartas sin que haga falta que ninguno de ellos las muestre.
Pujol y González no se habían reunido desde el 9 de septiembre pasado, cuando el presidente catalán le anunció oficialmente la ruptura del apoyo de CiU al Gobierno, aunque han conversado por teléfono en varias ocasiones -"un par de veces", dijo ayer el líder catalanista- y han mantenido una relación epistolar. Herencia de la buena relación personal que han mantenido, todo indica que se han consultado mutuamente algunas decisiones y se han hecho confidencias. El sábado 2 de marzo González telefoneó a Pujol para manifestarle su satisfacción por la relación mantenida y ya le adelantó que las elecciones del día siguiente podrían arrojar sorpresas, en base a los sondeos en su poder. Fuentes de La Moncloa indicaron ayer que la entrevista fue "muy bien".
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