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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Por fiesta

III Cumbre Flamenca

Cante: Fernando Soto, Juana Fernández, María Soleá. Baile: La Tibu. Toque: Manuel Parrilla, Antonio Jero. Murcia, Auditorio Caja de Ahorros del Mediterráneo, 8 de marzo.

Jerez echó el cierre a esta cumbre murciana que ha salido redonda. Y lo hizo por fiesta, como está mandado. María Soleá y Juana Fernández la del Pipa, son dos supremas oficiantes de este arte tan singular y específico de los gitanos de Jerez. Es como si lo respiraran, como si fuera un patrimonio personal y, casi, intransferible. Lo llevan en sus genes, y en cuanto oyen unas guitarras tan jerezanas y tan excelentes en el compás como las de Jero y Parrilla, parecen despertar a punto de bulería.Por delante habíamos visto y oído más arte del que no nos puede dejar indiferentes. Fernando Soto, un chiquillo de 12 años, con voz de niño aún, canta y se mueve con soltura y elegancia. Juana cantó con voz rota y áspera, y con una queja estremecedora por soleares, un cante que quizá descompone por momentos a impulsos de su propia pasión cantaora, pero que escarba en la sensibilidad más impermeable.

Y María Soleá, la hermana y el eco cantaor de Terremoto. Por siguiriyas nos dejó con el alma en vilo, un puro escalofrío de sentimiento y jondura. Es su cante preferido, el que con frecuencia la hace llorar cuando lo interpreta.

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