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Llamamiento a la rebeldía violenta

Juan Jesús Aznárez

El Partido Colorado negocia a gritos estos días un acuerdo de paz entre sus filas, entre las cuales sé observa la presencia de cuadros y carcamales más acostumbrados al fraude y a medrar personalmente con la dictadura que a trabajar limpiamente por el prójimo en democracia. Una de las corrientes se amotinó en las calles al considerase gravemente perjudicada por la suspensión de las elecciones a la Junta de Gobierno, que creía ganadas. El Gobierno respondió acuartelando ejército y policía.Llamaba a la violenta rebeldía, reclamando transparencia, Luis Argaña, ministro de Exteriores y presidente del Tribunal Supremo durante las farsas electorales de Stroessner. "Ni empresarios corrompidos acusados de ladrones por propios y extraños, ni uniformados carnestolendos, podrán sepultar el coloradismo y la democracia", advirtió el converso, cuyo procesamiento de oficio pidió el Ejecutivo. Su antagonismo con Wasmosy data de finales de 1992, cuando ambos se enfrentaron en las elecciones internas que designó el candidato del Partido Colorado en las comicios presidenciales del año siguiente. Argaña, líder de la facción donde se encuentran más cómodos los nostálgicos del stronismo, sostiene que hubo fraude y, con la complicidad castrense e informática, se le robó la candidatura.

El déspota de la referencia, que cumplió 84 años, rumia su desgracia en, el exilio de Brasilia, pasea por sus bellos lagos, lee los diarios paraguayos y sabe que le recuerdan los generales y caciques enriquecidos a su vera y aquellos que se sienten olvidados por la democracia.

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