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Más de 5.000 personas acuden al acto religioso por los 29 fallecidos en el accidente de Bailén

El polideportivo de Bailén (Jaén) se quedó pequeño para albergar a las más de 5.000 personas que ayer querían expresar su dolor y testimoniar su solidaridad a las familias de las 29 víctimas mortales del accidente que se produjo la, noche del miércoles, a cinco kilómetros de la localidad, en un choque frontal entre un autobús y un turismo. Las muertes se produjeron por el incendio producido tras la colisión. El acto, convocado por los testigos de Jehová y el Ayuntamiento de Bailén, congregó a creyentes de esa confesión religiosa, vecinos de Bailén, autoridades políticas y familiares de los fallecidos.

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El objetivo de este encuentro religioso era hacer un funeral público por las víctimas del accidente, aunque tuvo un carácter simbólico, ya que las labores de identificación de los cadáveres todavía no han finalizado.Pasaban unos minutos de las cinco de la tarde cuando miles de personas observaban en silencio a los familiares de los fallecidos. En el polideportivo apenas se escuchaba ruido. Sí se percibía el sollozo de los que recordaban a los fallecidos. Sólo en una ocasión se quebró el dolor contenido, cuando el alcalde de Bailén, Antonio Gómez Huertas, recordó que hace unos meses había casado a dos parejas que murieron en el accidente: Benjamín y Maite, y Jesús y Magdalena. La voz dejó de salir de la garganta del alcalde, quien pidió un minuto de silencio para poder tranquilizarse. Un asistente al funeral perdió el conocimiento.

En el acto estuvo presente el ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, como representante del Gobierno central, y Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía, por el Gobierno autonómico.

Borrell explicó que se había desplazado a Bailén para expresar en nombre del Ejecutivo las condolencias del país entero a las familias de los muertos en este desgraciado accidente". Chaves transmitió el pésame de la familia real, que le llegó a través de un telegrama de don Juan Carlos, así como las condolencias de los presidentes de otras comunidades autónomas y de alcaldes de todos los puntos del país.

Las lágrimas se repitieron en los entierros de los conductores de los dos vehículos implicados en el accidente. Manuel Fernández González, de 48 años, fue enterrado en Andújar en un acto que. congregó a cientos de vecinos. El funeral estuvo presidido por sus hijas Lourdes, de 21 años, y Miriam, de 16. Su esposa no acudió porque está hospitalizada en Linares.

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El entierro de Ignacio Araúz de Robles, de 31 años, conductor del turismo, se celebró en la intimidad familiar. Sus tíos Javier y Santiago Araúz de Robles y el hermano de la víctima acudieron a identificar el cadáver nada más conocer la noticia. Antes del entierro se le practicó una autopsia, de la que no han trascendido los datos.

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