Los discípulos de El Ingeniero entran en acción

Es sólo cuestión de tiempo. Si Hamás no ha cambiado de táctica propagandística, en las próximas horas su brazo armado difundirá la identidad (quizás hasta los testamentos) de sus más recientes mártires, los autores de la jornada más sangrienta en Israel desde que palestinos e israelíes pactaron la paz en 1993 y la más mortífera desde la fundación del Estado hebreo. Los causantes de la carnicería pasarán a un lugar especial en la galería de héroes islámicos, porque su última acción fue vengar a Yahya Ayash, el temible pero difunto Ingeniero, cuyo funeral a principos de enero movilizó a cerca de 300.000 palestinos en Gaza.Israel estaba aparentemente al tanto de que la venganza era inminente. Por ello decretó el cierre de Gaza y Cisjordania hace tres días. Las precauciones no fueron suficientes. Los atentados vienen a demostrar que tanto Israel como los extremistas palestinos poseen brazos largos e implacables.

Hamás ha logrado aterrorizar a los israelíes adoptando la misma táctica con la que la guerrilla islámica libanesa puso en retirada a los ejércitos de Israel, EE UU y Francia en la década pasada: los ataques suicidas. Militantes musulmanes se han inmolado en su "guerra a muerte contra Israel" como bombas humanas, utilizando coches, bicicletas bomba y, en una ocasión, hasta un carro tirado por una mula.

La ferocidad de los ataques de ayer busca demostrar que, si bien El Ingeniero ha desaparecido de la escena, sus discípulos están bien entrenados y más dispuestos que nunca a causar el mayor daño posible al Estado israelí y sus ciudadanos.

El hombre más buscado

Según versiones no confirmadas, el sucesor de Ayash es un palestino de 29 años oriundo de uno de los paupérrimos campos de refugiados de Gaza. Algunos informes lo identifican como Mojeidín Esharíf, supuestamente uno de los más esmerados alumnos de Ayash y que entró en la clandestinidad hace seis meses. Esharíf es ahora para muchos el hombre más buscado por los servicios de seguridad de Israel. El Ingeniero Segundo, como se le ha comenzado a llamar, también está en la lista negra de Yasir Arafat, pero el líder palestino, apoyado por una fuerza policial de 18.000 hombres, tampoco ha podido echarle el guante.

Uno de los rumores que circulan en Gaza es que Ayash ha dejado como herencia toda una promoción de combatientes expertos en explosivos y ansiosos por morir matando israelíes. Si ello es cierto, no sólo Israel, sino también el propio Arafat, está frente a un batallón de kamikazes que, a fuerza de explosiones y fanatismo religioso, podrían hacer saltar por los aires el proceso de paz.