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La inútil victoria de Tecidoro Obiang

El presidente de Guinea Ecuatorial fracasa en su intento de lavar la cara al régimen

Alfonso Armada

Será una victoria amarga. Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, de 53 años, será ratificado hoy como jefe del diminuto Estado centroafricano de Guinea Ecuatorial. Las elecciones presidenciales se han convertido tras la retirada de la oposición "en un auténtico plebiscito", según un diplomático que sigue de cerca la evolución de la ex colonia española. Se trata, según Emilio Menéndez del Valle, experto en Relaciones Exteriores del PSOE, que estuvo a punto de viajar a Malabo para observar las elecciones invitado por la compañía surafricana Strategic Concepts, de "una ocasión perdida" para haber vuelto más presentable "a un régimen convertido en paria internacional y severamente criticado por organismos internacionales de derechos humanos". Del Valle evitó viajar a Guinea para "no legitimar una farsa". Serán, si el destino no se tuerce para Obiang, siete años más que sumar a los 17 que lleva dominando con mano de hierro las islas de Annobón y Bioko (antigua Fernando Poo) y una franja de tierra en el continente (Río Muni) desde que en 1979 derrocara a su tío, Francisco Macías, uno de los dictadores más crueles de África.En un desesperado intento por salvar la cara, la Junta Electoral Nacional desestimó ayer la retirada de las candidaturas de Andrés Moisés Mbá Adá (líder de Unión Popular) 31 de Severo Moto (cabeza del Partido del Progreso), los dos aspirantes más conocidos de la oposición, que decidieron abandonar los comicios "ante, el monumental fraude que se, preparaba". La Junta Electoral, presidida por el propio ministro del Interior, el todopoderoso Julio Ndong, decretó ayer "mantener a todos los efectos a vigencia de dichas candidaturas". La confusión está servida. Tanto Moto como Mbá reitearon ayer sus llamamientos en favor de la abstención. Es la misma actitud que defiende la Plataforma de Oposición Conjunta, el frente que triunfó en las municipales de 1995 y que fue expulsada de la carrera electoral por la propia Junta después de que Moto -autocalificado de "líder natural" de la oposición y Mbá rompieran laPOC.

En un encuentro celebrado esta semana Bata, Obiang les o a los miembros de a oposición que no podía aplazar las elecciones porque ya había gastado 250 milloies de pesetas en su venaración. Para diplomáticos acreditados en Malabo, Lisboa y Madrid, las elecciones. están "estrechamente ligadas al anuncio hecho en octubre pasado por la compañía petrolera estadounidense Mobil de que a finales de este año comenzarán a extraer 40.000 barriles diarios en aguas de relaciones públicas que actúa legal mente como grupo de presión en EE UU y que ha editado folletos para inversores en Guinea. Este lobby contrató a la empresa surafricana Strategic Concepts, especializada en prom. cesos electorales. Fue esta compañía la que invitó a periodistas y personalidades a las elecciones para darle el baño de legitimidad que el régimen necesitaba. "Parece lógico que Mobil sugiriera al Gobierno guineano contratar a esta empresa de relaciones públicas", señala una persona que ha estado en estrecho contacto con Strategic Concepts.

El ministro de Exteriores guineano, Miguel Oyono, niega que su Gobierno haya contratado los servicios de ninguna agencia, y desmiente que sea Mobil la que haya pagado la supuesta factura. Tampoco tiene información acerca del espléndido número de 434 páginas satinadas y a todo color que la revista Jeune Afrique Economie, editada en París, ha dedicado a Guinea, presentada como un paraíso ecuatorial para el inversor y con nada menos que 72 fotografías del presidente guineano. El esfuerzo parece haber sido en vano. Obiang ganará los comicios. Pero el régimen seguirá bajo sospecha, y la democracia, en la sala de espera.

Malabo quiere cambiar su imagen en EE UU ante los 40.000 barriles de crudo diarios que Mobil va a extraeren Guinea

"Dialogaremos con la oposición y nadie será perseguido"

Miguel Oyono, de 41 años, ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación de Guinea Ecuatorial, es consciente del aislamiento internacional que padece su Gobierno. Considerado uno de los duros del régimen, Oyono se empeña en ofrecer una imagen de su país que no casa con las severas críticas de organismos de defensa de los derechos humanos, como Amnistía Internacional, y de la oposición. Fiel hasta los tuétanos al presidente Teodoo Obiang, emplea todo su arenal dialéctico en descalificar todos los que desde el frente diplomático, el opositor o el periodístico tachan los comicios de hoy de "fraude" y "ocasión perdida". En un intento e despejar dudas sobre los instintos vengadores del régimen tras el feo de la oposición a las presidenciales que deberían mejorar la fama de Guinea, Oyono anuncia: "Habrá un diálogo con la oposición. Nadie sufrirá persecución por sus ideas".Oyono, que estudió en la escuela de capataces agrícolas creada en Guinea Conakry por el líder marxista Seku Turé, corrige lo que considera "interpretaciones, torcidas de las palabras del presidente", reiteradamente reproducidas por la radiotelevisión guineana, en las que Obiang proclamaba que "el país está cansado de cinco años de transición" y que as las elecciones hoy será perseguido aquel que se empeñe en actividades políticas. "Ya es suficiente. Estamos cansados de agitadores que no traen sino problemas", aseguró Obiang. Oyono atiza que eso en ningún caso significa que la ctividad política va a quedar desterrada". El ministro mantiene que "el voto será secreto en las elecciones hoy y en las futuras. Al jefe del Estado se le ha acusado de todo y no se le ha querido recoocer que él le ha dado al pueblo la oportunidad de decidir por sí mismo". Respecto a las prerrogativas de los presidentes de cada mesa de preguntar al elector por e sentido de si voto, Oyono ni taxativo: "Ni si debe hacer ni si va a preguntar a votante por e contenido de si voto". Obiang había establecido que el voto secreto era una herencia de los blanco., que tenía los días contados.ç

El ministro deExteriores no le da ningún valor a la retirada de los principales partidos de la oposición, prohibida ayer por la Junta Electoral. "Lo único que cuenta es el porcentaje de participación ciudadana, no el número de partidos que concurran", asegura Oyono, saltando el charco y comparando, en una finta dialéctica de altos vuelos, el caso de su país con el de EE UU, "donde sólo compiten dos partidos".

"La legitimidad la da el pueblo, no un observador extranjero" se escuda Oyono tras admitir que ningún país occidental -ni España, ni Francia (con embajadas en Malábo), el resto de la Unión Europea o EE UU- ha envíado oficialmente observadores.

Oyono enarbola toda una batería de negaciones. Niega que el censo haya sido manipulado, niega que la declaración jurada distribuida por todo el país afecte a los que no militan en el partido de Obiang (que es el suyo), niega que se vaya a exigir esa declaración para poder votar.

Negó también validez y rigor a los críticos informes de Amnistía Internacional y el relator especial para los Derechos Humanos de la ONU. Y concluye con pesar hacia la prensa española por haber "desatado una verdadera cruzada contra, el Gobierno guineano que ha tirado por los suelos la imagen de Güinea y de su presidente".

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