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Di Pietro comparece ante un tribunal acusado de tráfico de influencias

El ex magistrado Antonio di Pietro, símbolo de la Operación Manos Limpias contra la corrupción en Italia, entró ayer en la Audiencia de Brescia por primera vez desde el otro lado de la barrera: como imputado, para responder de las acusaciones de concusión (abuso de poder) y tráfico de influencias con motivo de la informatización del Palacio de Justicia de Milán.

Tranquilo y sonriente, rodeado de periodistas y cámaras, Di Pietro se limitó a responder con un monosílabo afirmativo a la pregunta de si todo iba bien. Ayer escuchó las acusaciones de los fiscales. Hoy será interrogado, tras lo cual el juez instructor deberá decidir si le procesa o no.

El acto de comparecencia duró casi cinco horas, empleadas principalmente en la lectura de los 40 folios de imputaciones por el fiscal Silvio Bonfigli. Di Pietro, que rechazó la escolta que le ofrecieron tras explicar que desde hace más de un año vive sin protección, fue requerido por algunos ciudadanos para que firmara autógrafos.

El abogado defensor del ex fiscal solicitó la aplicación del procedimiento abreviado, por el que los magistrados juzgan en función de los documentos obtenidos durante la instrucción y en el que, en caso de condena, el acusado tiene derecho a la reducción de un tercio de la misma.

El ministerio público, cuya opinión sobre el procedimiento es vinculante, se opuso a esta posibilidad, por lo que siguió adelante la comparecencia. En ella se abordaron dos acusaciones contra el magistrado que fue símbolo de los fiscales de Manos Limpias: presunta concusión con respecto al ex ministro de la Función Pública Remo Gaspari y presunto tráfico de influencias, al haberse favorecido supuestamente a una empresa de informática dirigida por dos ex colaboradores de Di Pietro.

Proceso de Fininvest

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Por otra parte, el presidente de la Sección Penal de la Audiencia de Milán rechazó ayer la petición de los defensores del general de la Guardia de Finanzas Giuseppe Cerciello y de Paolo Berlusconi -implicados en el proceso por el pago de comisiones ilegales a la policía financiera por parte de cuatro empresas de Fininvest (proceso que alcanza también al mayor propietario del grupo, Silvio Berlusconi, hermano de Paolo)- de suspender el juicio por coincidir con la celebración de la campaña electoral.El presidente sí aceptó, en cambio, otra petición del abogado de Cerciello: la de interrogar a Antonio di Pietro por el presunto tráfico de influencias cometido en los interrogatorios que el ex fiscal llevó a cabo en la cárcel de Peschiera del Garda y en los que, supuestamente, presionó a detenidos para que acusaran al general.

El caso fue archivado ya por la fiscalía de Brescia, dado que los fiscales argumentaron que no hubo abusos, y entendieron que Di Pietro sólo actuó con exceso de celo en favor de la justicia. Di Pietro, que fue denunciado por Cerciello y respondió con otra denuncia por calumnias contra el general de la Guardia de Finanzas, comparecerá en esta ocasión como testigo.

[Por otra parte, el primer ministro italiano, el independiente Lamberto Dini, decidirá en los próximos días si se presenta como candidato a las elecciones del próximo 21 de abril, informa Efe.]

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