Autodefensa democrática.

LOS CIUDADANOS de Madrid y Valencia han sido convocados hoy a una manifestación a favor de la paz y en contra de la barbarie del terrorismo de ETA que tan dramáticamente se ha enseñoreado de la actualidad en las últimas semanas. Es de esperar que sean multitud los que sigan este llamamiento y unan así sus fuerzas a aquellos que en condiciones mucho más difíciles se vienen manifestando en Euskadi con coraje y tesón en este mismo sentido.La situación provocada por las últimas acciones criminales de ETA y la movilización de su entorno cómplice requiere templanza y energía del Estado democrático. Pero también la expresión de sus ciudadanos en defensa de la libertad y la unidad de todos, por encima de todas las diferencias políticas, en el frente contra la amenaza de ese fascismo que encarnan ya ETA y sus colaboradores.

La movilización ciudadana se produce precisamente en vísperas del 150 aniversario del intento de golpe de Estado del 23-F de 1981, momento crucial para la democracia española en el que también fueron determinantes la serenidad y el civismo ¿le los españoles. La ofensiva actual del terrorismo es muy probablemente la mayor agresión sufrida por la democracia española desde entonces. Y como entonces, los demócratas no deben mostrar fisuras en esta lucha, que con certeza habrá de ganarse pero que requiere un alto grado de solidaridad de la ciudadanía de toda España. Cuando se trata de hacer frente al asesinato, al secuestro y la extorsión, a los métodos del terror, son muchas más las cosas que nos unen a los demócratas que las que nos separan. Todas las fuerzas políticas deberían ser conscientes de ello.

Las manifestaciones de hoy, como las habidas en Euskadi en los últimos tiempos y especialmente en San Sebastián, no sólo demandan el fin de ese cruel absurdo que es el terrorismo de ETA en una democracia europea a finales del siglo XX. También es un grito. a favor de la justicia y la legalidad y en contra del crimen y de la impunidad de sus autores, cómplices y encubridores. ETA aún puede causar mucho dolor e indignación. Pero los ciudadanos en todo el territorio español deben demostrar la firme voluntad de autodefensa de la democracia contra sus enemigos.