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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Todo iba bien

Tenía un cumpleaños ese día, 20 de enero de 1996, e intentamos celebrarlo en un callejón donde no pasan coches, y mucho menos gente. Seríamos unas 30 personas y teníamos nuestra bebida; parecía que todo iba bien hasta que llegaron cuatro policías municipales; éstos, cumpliendo su deber, que no se sabe muy bien cuál es (creo que es incordiar), empezaron a pedirnos la documentación; nos dijeron que nos llegaría una multa a casa; nosotros preguntamos el porqué de esta multa y nos contestó que por beber en la calle; lo que hicimos fue decirle al agente que esa ley salió tanto en la prensa como en la televisión, que estaba recurrida y una ley recurrida no se puede ejecutar. Este agente nos dijo que él no sabía nada de eso. Le preguntamos la ley que era para poder entendernos e informarnos sobre ésta, y nos dijo que no era una ley, sino una ordenanza municipal, pero no sabía cuál. Nos apuntó los nombres y el DNI en una libreta que se puede comprar en cualquier papelería. Le preguntamos también el importe de la multa. El agente, como es natural, no lo sabía (ya que, como parece, estos agentes municipales no sabían nada). Cuando terminaron de acosarnos se quedaron allí los cuatro, y hasta que no consiguieron que nos fuéramos no se marcharon. Como he dicho antes, éramos bastante gente, de edades comprendidas entre los 18 y los 26 años, y ninguno de nosotros conocía esa ordenanza municipal. También me parece extraño que, cuando llegaron los agentes de la ley, sólo por el mero hecho de tener un vaso de plástico en la mano sepan que estás bebiendo alcohol; me imagino que cuando la policía de Tráfico para un coche le hará alguna prueba para saber su estado de alcoholemia del conductor.Si analizamos el trato recibido por la Policía Municipal podemos decir que nos trataron como a una panda de colegiales a quienes querían meter miedo; no por ser jóvenes somos estúpidos; estudiamos y trabajamos y nos gusta defender nuestros derechos, y si ésta es la libertad que promete el señor Gallardón o el señor Manzano, Madrid puede empezar a temblar. Me duele pensar que por ser joven se pueda abusar de nosotros.-

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