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Alfredo Sáenz acusa a los ex administradores de Banesto de "intoxicar" a la opinión pública

El fantasma de Mario Conde volvió a planear ayer sobre una junta de Banesto. Los trece accionistas que intervinieron durante el turno de ruegos y preguntas le tuvieron presente. Bien para atacarle, bien para usar argumentos utilizados en su entorno para intentar poner en aprietos a Alfredo Sáenz, el actual presidente de Banesto. Pero Sáenz no se arrugó. Con un tono enérgico y cortante fue desmontando planteamientos y mandando mensajes directos: "Sus argumentos tienen su origen en ex administradores de Banesto que quieren intoxicar a la opinión pública", contestó a un accionista.

La actual dirección de Banesto parece estar condenada a soportar juntas de larga duración. El 26 de marzo de 1994, Sáenz ya tuvo que aguantar nueve horas sin abandonar la presidencia de la junta extraordinaria que aprobó el plan de saneamiento y acordó emprender acciones legales contra Mario Conde y su equipo. Ayer fueron casi cuatro e intensas horas, sobre todo las más de dos que ocuparon las preguntas de los accionistas y las respuestas del presidente de Banesto.Los trece accionistas minoritarios que tomaron la palabra -encabezados por los representantes de la Agrupación para la Defensa del Accionista y por los del Reagrupamiento de Accionistas de Banesto- aludieron de una forma u otra a la gestión de los ex administradores (Mario Conde y su equipo). Unos para atacarles y, otros, para criticar abiertamente la gestión de Sáenz.

De hecho, el auditorio escuchó una buena parte de los argumentos que se esgrimen en los círculos próximos a Conde opara refutar las decisiones y los resultados que ofrece la actual dirección del Español de Crédito: "La dirección de Banesto se ha autoconcedido créditos con tipos de interés preferentes", "¿Cómo es posible que Banesto dé beneficios y Santander anote pérdidas al consolidar Banesto?", "¿Por qué se ha reducido la morosidad y se sigue hablando de que aumenta el agujero?", "Banesto ha comprado al Santander deuda pública por valor de 300.000 millones de pesetas", "Hubo comisiones en la venta del Banco Totta" (...) Las quejas también se extendieron a la política adoptada por Banesto de no repartir dividendo. En total, alrededor de hora y media de bombardeo.

Sáenz -arropado durante media junta por el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, en un discreto segundo plano- no rehuyó el combate, que se convirtió en un pulso indirecto, puesto que ni Conde ni ninguna de las personas de su entorno más próximo estuvieron presentes. En el turno de respuestas, el máximo responsable de Banesto se dedicó a desmontar -con una contundencia y sequedad inhabituales en otras juntas- todos los argumentos expuestos y a advertir que la mayor parte de ellos son intentos "de los ex administradores de Banesto de intoxicar a la opinión pública", "de terceras personas" que "manipulan y difunden datos sin ningún fundamento".El presidente de la entidad financiera explicó que "ninguno de los actuales directivos de Banesto tiene créditos suscritos con el banco a tipos por debajo del precio de mercado. Sólo aquéllos que provienen del BBV y que tenían créditos al 4% se trajeron esos préstamos". Precisó que la mera contabilidad financiera explica que el efecto dilución de Banesto lleve pérdidas a las cuentas del Santander, a pesar de que el Español de Crédito acabara el año pasado con unos beneficios de 21.369 millones. Negó tajantemente que Banesto adquiriera deuda pública al Santander, que hubiera comisiones en la venta del Totta o que existieran contactos con la anterior administración de Banesto. Y explicó minuciosamente la diferencia entre recuperación de morosos y de provisiones. "La recuperación de morosos de 260.000 millones netos en dos años no supone por sí misma una recuperación del desfase patrimonial por pérdidas por saneamientos insuficientes, como en algún momento se ha querido hacer ver", completó.

En cuanto al dividendo, la dirección de Banesto no tiene previsto repartirlo hasta que no finalice por completo el plan de saneamiento, es decir, en 1998. Sáenz calcula que la entidad puede repartir un dividendo homogéneo con el resto de los grandes bancos con unos beneficios de 30.000 millones.

Previamente, el presidente de Banesto había expuesto ante los accionistas su informe de gestión. En él, subrayó el fuerte incremento experimentado por todos los márgenes del banco y los beneficios alcanzados (21.369 millones, frente a los 17.780 millones de pérdidas contabilizados en 1994). Sáenz se detuvo especialmente en este dato, puesto que se alcanzó después de que la entidad detectase que el desfase patrimonial heredado de la etapa Conde es 33.000 millones mayor de lo esperado. Esa cifra sale de la suma entre las dotaciones netas extras (20.000 millones) y las pérdidas de las operaciones de desinversión (13.000 millones).

El primer ejecutivo de Banesto realizó un esbozo de lo que espera para 1996. Sáenz se ha marcado como objetivos culminar el proceso de reestructuración, profundizar en la renovación y acometer el lanzamiento de Banesto. Como consecuencia, espera que los beneficios aumenten este año en tomo a un 50%, que la morosidad se reduzca en otros 70.000 millones y que las desinversiones produzcan una liquidez de 100.000 millones.

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