Yeltsin, ansioso y manipulado
Un libro del ex jefe de prensa del presidente ruso retrata a un líder del pero Kremlin manejado obsesionado por dos por el poder, generales
La locuacidad sobre intrigas del Kremlin le ha costado muy probablemente el cargo a Viacheslav Kóstikov, el embajador de Rusia ante la Santa Sede, que en su anterior empleo, como jefe de Prensa del presidente Boris Yeltsin, se hizo famoso por los mordaces comentarios con los que fulminaba a los adversarios de su patrón.
Kóstikov, escritor de profesión, acaba de terminar un libro de memorias en el que retrata a Yeltsin como un personaje obsesionado por el poder, pero manipulado por el jefe de su escolta personal, general Alexandr Korzhakov, y el jefe del Servicio Federal de Seguridad, general Mijaíl Barsukov. Este último fue antes responsable de la seguridad del Kremlin.
Ambos generales tienen una influencia "injustificadamente grande", y "están más cercanos" a Yeltsin que cualquiera de sus asesores, ya que permanecen con el líder ruso después del trabajo, afirmó Kostikov en una entrevista con el programa Itogui, de la Cadena de Televisión Independiente. La entrevista, que desató la furia del Kremlin, fue emitida el domingo 4 de febrero y repetida una semana después en versión ampliada. Entre uno y otro programa, el Ministerio de Exteriores criticó a Kóstikov y subrayó que sus declaraciones eran incompatibles con su actividad diplomática. El embajador, a su vez, presentó su dimisión tras menos de un año en el puesto, y escribió una carta a Yeltsin explicándole los motivos de su comportamiento. El cese debe ser aún confirmado por el Ministerio de Exteriores y aprobado por el mismo presidente.
Kóstikov, que dice haber actuado para ayudar al presidente, dirige su viperina lengua contra Korzhakov y Barsukov, pero el líder ruso no queda muy bien parado. Yeltsin, señala, "no se imagina sin poder o fuera del poder" y su ansia de poder es tan fuerte que a menudo "supera el límite de la ética razonable". Yeltsin "no tiene convicciones democráticas propias ni nunca las tuvo". El presidente "es un hombre que sabe cómo dominar y al que le gusta dominar. El poder es su ideología, su amigo, su concubina, su amante, su pasión", afirma con vehemencia el retórico Kóstikov.
En los pasillos del Kremlin tiene lugar, según el embajador, una "constante y agota dora lucha" por influir en Yeltsin. Por una parte están los asesores formales y por la otra las influencias informales (Korzhakov y Barsukov), cuyas ideas se filtran también en los discursos del líder.
La vinculación de Korzhakov con Yeltsin se parece a la de un señor con su sirviente, dijo Kóstikóv, recurriendo a las tradiciones culturales rusas para explicar las relaciones en el Kremlin. El sirviente "puede traer las zapatillas y tomar sopa y una copa de vodka", mientras deja caer su opinión sobre los artículos críticos o sobre las personas a las que no se debe recibir. "A veces me parece una personalidad trágica, especialmente ahora que le abandonan los demócratas". Korzhakov "se siente un guardaespaldas de amplio espectro. Cree que no sólo debe vigilar el cuerpo, sino también el alma y la faceta literaria del presidente", según el embajador, que relató cómo se había preparado la entrevista histórica entre el presidente y el escritor Alexandr Solzhenitsin, después de que éste volviera del exilio. Yeltsin estaba muy nervioso, y mientras unos consejeros le daban la lista de las obras de Solzhenit sin, "otros" trataban de tranquilizarle asegurándole que el premio Nobel de Literatura era un autor dedicado a escribir sobre campos de concentración; sin ningún mérito especial, y del que la gente estaba cansada.
En un fragmento de su libro publicado en Argumenti ¡ Fakti, Kóstikov señala que Korzhakov y Barsukov se habían mostrado preocupados ante la perspectiva de que escribiera un libro de memorias. Aun así, habían tenido el detalle de entregarle un regalo de despedida del Kremlin, a saber, la figura de un monje franciscano, de cuya sotana "salta un inmenso miembro de radical color violeta". Un regalo muy acorde con las tradiciones políticas del Kremlin de hoy.
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