Ni mejor ni peor, distintos
"La especie humana descubrió que el cuerpo del hombre y el de la mujer son distintos mucho antes de descubrir la rueda", dice Rubén Gur. "No me sorprende que sea diferente también el cerebro. Al fin y al cabo, el hombre y la mujer piensan y sienten de manera diferente. El problema surge cuando hay gente que interpreta diferente como superior/inferior. Es absurdo: una manzana y una naranja son distintas y una no es superior a otra". .Él teme que los resultados de estas investigaciones neurológicas se quieran utilizar erróneamente, por ejemplo, para encasillar a los sexos en actividades y capacidades diferentes: "Creo que aprender a conocer las diferencias entre hombre y mujer, si para algo han de servir, es para ayudar en las relaciones entre los sexos".
Las diferencias cerebrales por sexo podrían ser debidas al entorno del individuo, a la educación y a la socialización, más que a una base biológica. Gur cree que, aunque no puede excluirse esta hipótesis, lo más probable es que sea la biología la responsable. "El entorno tiene más bien un efecto suavizador de las diferencias", añade.
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