Una historia de vanidades
Peter Michael Lingens, el más célebre columnista político de Austria, antiguo colaborador de Simon Wiesenthal en importantes investigaciones y coautor de Justicia, no rabia, la última autobiografía (según expertos, la definitiva) del cazanazis declaró ayer a EL PAÍS que el documental es "básicamente injusto y exagerado". "Es cierto que Wiesenthal posee un gran ego" y advierte que "su mayor pecado es, quizá, la poesía precipitada", pero esto "no quiere decir en ningún caso que haya mentido".Wiesenthal "jamás" ha afirmado que fue él quien capturó a Adolf Eichmann en Buenos Aires: es una leyenda que apareció con el título de su libro Yo busqué y encontré a Eichmann. Según Lingens, fue escrito en los años sesenta a petición de Wiesenthal, por otro autor que tiene evidentes tendencias a dar "toques de color" a los episodios.
Lingens asegura que "entiende los ataques cargados de odio" de ex jefes del Mosad en contra, de Wiesenthal, un hombre que se hizo célebre en el mundo y originó envidias de otras instituciones judías por adjudicarse práctica: mente el "monopolio de la justicia para las víctimas del exterminio nazi". Sentencia Ligens: "Ésta es una historia donde hay mucho más de vanidades que de hechos concretos".