Todos quieren ser Ronald Reagan
Los candidatos republicanos pretenden encarnar el estilo del ex presidente. Ronald Reagan se perdió ayer la fiesta de su 85º cumpleaños. Víctima de la enfermedad de Alzheimer, el ex presidente no pudo acudir al famoso restaurante de Beverly Hills al que estaban invitados el todo Hollywood y el todo Washington. Pero el recuerdo de Reagan está más presente que nunca, sobre todo ahora que el comienzo de la campaña electoral ha puesto en evidencia la escasez de figuras de su talla dentro del Partido Republicano.
Casi ocho años después de abandonar el poder, Ronald Reagan se ha consolidado como el adalid del conservadurismo norteamericano, quizás el político vivo con mayor prestigio en Estados Unidos y el republicano más influyente desde Richard, Nixon, sin la mancha que éste tuvo por el Watergate. Todos quieren ser Ronald Reagan. "Yo soy el candidato de Ronald Reagan", ha dicho Bob Dole. "Yo haré lo que hizo Reagan" promete Pat Buchanan. "Yo impulsé el programa de Reagan en el Congreso" recuerda Phil Gramm. Incluso la campaña electoral de Bill Clinton se confiesa inspirada en Reagan.La presidencia de Reagan es reconocida hoy por muchos por su gestión económica, que llevó a Estados Unidos a altos niveles de crecimiento y de creación de empleo y por su actuación internacional. "Bajo su presidencia ganamos la guerra fría", decía ayer un editorial de The Wall Street Journal.
Hace 15 meses, Ronald Reagan confesó que sufría la enfermedad de Alzheimer y se retiró de la escena pública. "Desde entonces no se encuentra cómodo en actos masivos. Se siente bien, sale todos los días a pasear, juega al golf y se ve con sus amigos íntimos y sus colaboradores" comentó ayer un portavoz de la Fundación Ronald Reagan.
Nancy Reagan, su segunda esposa, es hoy quien representa y defiende la imagen del ex presidente. Ella dirigió ayer la fiesta a la que, entre muchos actores y políticos que pagaron 1.000 dólares (unas 125.000 pesetas) por cubierto, estaban invitados el general Colin Powell y el presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, dos de los hombres que más posibilidades tienen de heredar el liderazgo que Reagan dejó vacante.
Bill Clinton, que siempre ha tratado de recoger en sus discursos el sentido del optimismo que hizo famoso a su antecesor, le envió ayer un mensaje de felicitación. George Bush, quien le. sucedió en la Casa Blanca, declaró que, aún más que por su obra, "los norteamericanos quieren a Reagan por su decencia, su autenticidad y su gran sentido del humor".
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