Una revuelta militar en Guinea Conakry, degenera en golpe de Estado

Lenguas de fuego brotaban anoche del palacio presidencial de Conakry, donde se encontraba el presidente de Guinea Conakry, Lansana Conte, después de que soldados rebeldes cañonearan el edificio. Una revuelta de centenares de soldados del Ejército de esta antigua colonia francesa en demanda de mejoras salariales parecía degenerar a medida que pasaban las horas en un golpe de Estado en toda regla.Al menos 20 personas perdieron la vida y otras 70 resultaron heridas en los primeros enfrentamientos en Conakry, la capital, según fuentes hospitalarias. Un proyectil que estalló cerca de una mezquita provocó la muerte de ocho personas.

En un discurso emitido por radio a la nación, Conte denunció la existencia de una facción del E ército que pretende "hacerse con el poder mediante la fuerza". La defenestración del ministro de Defensa, el coronel Abdurahman Yalo, una de las reclamaciones de los amotinados, no consiguió calmar los ánimos. Aunque algunos militares volvieron a sus cuarteles tras la intervención presidencial, centenares de soldados permanecían en las calles de Conakry, levantaban barricadas y hacían uso de armas ligeras y pesadas.

Lansana Conte, llegó al poder mediante un golpe militar en 1984, tras la muerte del padre de la independencia, el líder marxista Seku Turé, y ganó unas elecciones presidenciales en 1994 tras un controvertido escrutinio.

El golpe de Estado desencadenado en Guinea Conakry es el tercero que sufre África en lo que va de año. Hace una semana, el presidente de Níger, Mahamane Usmane, fue derrocado por el Ejército. En Sierra Leona, un diminuto país geográficamente abrazado por Guinea Conakry, el capitán Valentine Strasser fue depuesto por su hombre de confianza, el brigadier Julius Maada, el 16 de enero.