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Bruselas atribuye a los conflictos laborales la escasa inyección de capital autorizada a Iberia

La conflictividad laboral, especialmente la de los pilotos, es una de las razones de pesó aducidas por la Comisión Europea para justificar la escasa cantidad de recursos que ha autorizado inyectar en Iberia: 87.000 millones este año y quizá otros 20.000 en 1997, frente a los 138.000 millones de pesetas solicitados por Teneo. "Si tenemos en cuenta los conflictos sociales, no creo que hubiera muchos inversores privados haciendo cola para comprar Iberia si se pusiera a la venta", aseguró el comisario de Transportes, Neil Kinnock. Iberia sólo podrá destinar la ampliación a reducir plantilla y deuda, y 50.000 mllones de los autorizados sólo podrán ser inyectados cuando se concrete la venta de las filiales del Cono Sur.

La Comisión Europea autorizó por fin ayer, de manera formal y oficial, una inyección de capital de 87.000 millones de pesetas. A pesar de que el inversor es el grupo público Teneo, esta inyección no es considerada una ayuda pública, sino una ampliación de capital "acorde con las leyes del libre comercio".La decisión fue adoptada por unanimidad del Colegio de Comisarios. Las objeciones planteadas por el dogmático y librecambista comisario de Comercio Exterior, Leon Brittan, fueron retiradas en una reunión celebrada el martes por la noche. Brittan insistía en que la ampliación de capital fuera considerada "una segunda y última ayuda pública a Iberia", pero sus tesis chocaban frontalmente con toda la estrategia dispuesta por el comisario responsable del cartapacio de Iberia, Kinnock: sólo se autorizará una inyección susceptible de ser realizada por un inversor privado en razón de sus perspectivas de rentabilidad.

La consideración de no-ayuda es el único aspecto positivo arrancado por el Gobierno español. El resto son, casi todas ellas, malas noticias. La cantidad autorizada se eleva a tan solo 87.000 millones de pesetas, a lo que se añade la promesa de estudiar "con buenos ojos" una ampliación adicional de 20.000 millones en 1997 si Iberia vuelve al umbral de rentabilidad. De esta cantidad, de momento sólo se podrán inyectar 37.000 millones, destinados a reducir la plantilla en 3.500 trabajadores. El resto, que se destinará a reducir la deuda, sólo podrá desembolsarse cuando se haya materializado la venta de Aerolíneas Argentinas (salvo un 5%), de su filial Austral y del 13% de la chilena Ladeco en la que Iberia mantendrá un 25%. La venta se realizará a Andes Holding, una nueva empresa en la que Teneo tendrá un 42% del capital y dos bancos de inversión norteamericanos, Merrill Lynch y Bankers Trust, el 58% restante.

Iberia mantendrá una opción de recompra durante dos años sobre sus participadas latinoamericanas, pero sujeta a que haya una importante participación del sector privado.

La Comisión está convencida de que, tarde o temprano, Iberia será adquirida por alguna compañía europea. El mantenimiento de una opción de recompra pretende proteger así los intereses de este eventual futuro socio, que podría decidir por sí mismo si le interesa plantarse en América Latina, y evitar que mientras tanto. Aerolíneas, Austral o Ladeco puedan caer en la órbita de compañías nortemaricanas.

Transcurridos los dos primeros años, los bancos tienen un mandato irrevocable para vender sus participaciones en América Latina a terceros en un año y disolver Andes Holding.

Una vez realizada la venta de las filiales de América Latina, la Comisión entiende que desaparecerá el principal riesgo de Iberia. Pero aún quedarán importantes incertidumnbres por resolver, a las que apela Bruselas para justiticar que a Iberia se le exija una tasa de retomo del 30% a la nueva inyección de capital -frente a una media del 20% en el sector- y que, en consecuencia, la ampliación autorizada sea mucho menor de lo solicitado. Kinnock citó cuatro motivos de inquietud que aún persisten: "El plan de reestructuración no se ha completado totalmente, las recientes huelgas han deteriorado la imagen de la empresa, la actitud de los sindicatos aún no está clara y la futura liberalización del sector aéreo, especialmente en los servicios en tierra".

Fuentes del departamento de Neil Kinnock precisaron que el comisario no se refería a la actitud de la plantilla en general, "sino específicamente a la posición del sindicato de pilotos". El SEPLA sería, según la Comisión, uno de los principales responsables de la dureza de Bruselas al autorizar la inyección de recursos en Iberia.

La autorización para la ampliación, al haberse hecho bajo las bases del plan de viabilidad supone que Iberia queda obligada a congelar los salarios en 1995 y este año, a reducir 3.500 empleos, reducir costes y a una reducción global de la flota que tiene que pasar de 120 aviones en 1993 a 104 en 1997.

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