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El falso llanto de la 'viuda negra'

Elfriede Blauersteiner, que asesinó a varios amantes para jugarse su dinero, los despedía con lujosos ritos fúnebres

El último tributo de la viuda negra, Elfriede Blauersteiner, de 64 años, a sus hombres era un entierro de lujo. Ritos funerarios a lo grande, con oradores paga dos y coro. Vestida de luto riguroso, con un ,elegante sombrero de velo, se instalaba durante el velatorio en primera fila y lloraba. Lloraba por sus "papitos", como ella llamaba a sus víctimas, que envenenaba con fármacos diluidos en las mejores comidas o por la noche, en la leche caliente, para los que tenían problemas de insomnio.Los entierros no eran siempre fáciles. Al de su última victima, Alois Pichler, que mató en noviembre pasado con el antidepresivo Anafranil y el antidiabético Euglucol, tuvo que pagar a dos detectives de la agencia Lux, para que hicieran de guardaespaldas. El ambiente estaba tenso en la iglesia, la hermana de la víctima, una monja de 90 años, desconfiada y astuta, había sospechado de ella largamente. La religiosa espió a la viuda negra junto a otras dos hermanas de la orden, pero no descubrieron nada. Sólo después de la denuncia de asesinato, el patólogo descubrió en los tejidos de Pichler restos de los fármacos.Fue su último crimen y la descubrieron. Pero antes, cuándo actuaba en la impunidad daba un paso fuera del cementerio y hacía aparecer testamentos de los difuntos a su favor, inventados por su abogado cómplice, Harald Schimdt, de 39 años, una turbia figura ex militante de organizaciones neonazis, que está en prisión y se le ha privado de su licencia profesional.

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Excelente actriz

Ella sólo ha confesado cinco asesinatos, pero nadie sabe cuántos hombres cayeron en sus redes. 27 criminólogos investigan los oscuros secretos de Blauersteiner. La policía ha recibido 50 denuncias de presuntos delitos de la viuda negra o intentos de envenenamiento perpetrados en Salzburgo, Linz y Graz y aseguran que actúa desde "hace más de 20 años" y sus víctimas podrían ser "más de una docena".Buscaba a los ancianos solitarios y ricos, bien emperifollada, porque su pasión es llevar joyas pieles, y aparentar menos edad de la que tiene. Se iba la viuda negra a hospitales donde hacía de samaritana ejemplar frente a médicos y enfermeras, que ahora reconocen la admiraban por su devoción a los enfermos. O O en las farmacias, donde cunde la clientela mayor y solitaria, que no cruza palabra con ningún. ser humano durante semanas y ella les escuchaba sus achaques. A veces, se iba a iglesias de barrios ricos, a la primera misa de la mañana y consolaba a los viudos que rezaban por sus difuntas.Pero tenía métodos más osados aún. Se ofrecía a través de anuncios en el periódico, caracterizándose a sí misma con la edad, las medidas del cuerpo (que siempre reducía) y sus dotes de "enfermera, cocinera, jardinera y camarada". Entre búsqueda y búsqueda, a esta mujer de energías inagotables le sobraba tiempo para su pasión favorita, una pasión que en Blauersteiner es una enfermedad adictiva: el juego apostando a la ruleta. Iba unas ocho veces por mes al casino de Baden un centro termal a 2 kilómetros de Viena. En la sala de juego ( una figura célebre pSus apuestas generosas y las pi pinas exageradas a sus crupie favoritos. Jugaba a ser la gr dama.

En los interrogatorios cuer los chismes de sus vecinas. Hist rias insignificantes de buen amas de casa. A vecesfilosofa s bre "el amor" y con gestos infa tiles le cuenta a los sorprendid inspectores sobre Alfredo, su p mer marido, el padre de sus cu tro hijos, q~ie la abandonó ha 34 años. "El, fue el único gr amor de mi vida", dice. Tambi ha revelado que planeaba ab una resindencia de ancianos

un piso desocupado de su abog do y compinche.Vecinos

En el edificio donde vivía tu vecinos bendecidos por su grac y otros, que cayeron en desgr cia. Hace 15 años ayudó al m yordomo Erwin Niedermayer quitarse la vida. Según ella, fue petición de la víctima y le cob 100.000 pesetas por una "mezc especial" de medicamentos. A,< vecina inmediata, Franziska K berl, de 84 años, le ofreció cu darla con "total dedicación". E 1992 la invitó a vivir en su pis aislándola de amigos y famili res. El veneno no tuvo efecto i mediato, pero después de un( meses terminó con la ancian con una enorme dosis y anu que los hijos llegaran a retirar

cadáver, ya se había apropiad de todos sus bienes.

Otros vecinos, dicen que j m.ás sospecharon de la viuda.Ti vieron más suerte. Una de elb recibió de Blauersteiner como n galo de Navidad una lavador otra, una pequeña alfombra pe sa de 400.000 pesetas y una terc( ra, ahogada en deudas, recibí un número no revelado de mille nes para cubrir compromisos.

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