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Centenares de guerilleros chechenos toman a más de 2.000 rehenes en un hospital de Daguestán

Centenares de guerrilleros chechenos, 500 según algunas fuentes, cruzaron ayer la frontera con la república rusa. de Daguestán y entraron en Kizliar, donde capturaron a más de 2.000 rehenes y ocuparon el hospital local. La pesadilla vivida en Budiónnovsk, en junio, se repite, esta vez para los habitantes de la pequeña ciudad daguestana de 33.000 habitantes. El líder de los asaltantes, Salmán Radúiev, yerno del presidente independentista, Dzhojar Dudáiev, declaró anoche a las Cámaras de la televisión rusa que están dispuestos a morir por su causa. "No estamos preocupados por nuestras vidas", dijó.

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La tragedia comenzó en Kizliat a las 5.40 de la mañana, cuando unos 500 guerrilleros, según las últimas informaciones, entraron en esa ciudad daguestana, atacaron el aeropuerto y destruyeron dos helicópetros. Los guerrilleros ocuparon después el hospital local, la maternidad y dos edificios anexos. Algunos observadores locales estiman que los chechenos partidarios de Dudáiev pueden tener en su poder entre 2.000 y 3.000 personas."Estamos dispuestos a combatir hasta la muerte y podemos. convertir a Kizliar en un infierno y reducirlo a cenizas", aseguró con toda tranquilidad ante las cámaras, tocado con una cinta verde en la frente, Salmán Radúiev, quien encabeza el grupo guerrillero, autodenominado Lobo solitario. Radúiev explicó a la televisión del canal Ostánkino -los únicos periodistas a los que se les ha permitido entrar en el hospital- que el fin de su "operación de diversión" era destruir una base militar rusa a la que según sus informaciones, debían haber llegado ocho helicópteros con municiones para los soldados rusos que se encuentran en territorio de Chechenia.

"No esperaba encontrarme con una desilusión semejante: en la base había sólo tres aparatos y un carro blindado, que destruimos en media hora. Después pensábamos arrasar la villa militar de Kizliar, pero el asunto se complicó y nos vimos obligados a tomar rehenes", dijo el comandante del grupo. La cantidad de víctimas de los enfrentamientos de Kizliar se desconoce. Los guerrilleros han pedido una línea caliente de comunicación con Moscú. Exigen que Rusia retire a sus soldados de la república chechena y que el Kremlin, acepte un en cuetro con Dudáiev.

Radúiev, de 28 años de edad, era gobernador de Gudermés desde 1992, y fue su grupo el que ocupó durante una semana esta ciudad, la segunda en importancia de Chechenia, el pasado mes de diciembre. Como consecuencia de los combates y los bombardeos de la aviación rusa, en Gudermés murieron cientos de civiles y prácticamente no quedó ni un solo edificio intacto.

Críticas de Yeltsin

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El presidente ruso, Borís Yeltsin, reaccionó rápidamente a la toma de Kizliar y criticó con dureza a los ministros de Interior, Defensa, Fronteras y Seguridad por no haber aprendido las lecciones de Budiónnovsk y haber permitido que los guerrilleros asestaran un nuevo golpe. "¿Cómo es posible que los partidarios de Dudáiev hayan podido pasar por donde debían encontrarse más de un millar de nuestros soldados? Y eso cuando se tenía información de lo qué ocurría", dijo furioso Yeltsin. El servicio de espionaje militar había informado en diciembre del peligro de una operación así fuera de Chechenia.La operación de Kizliar parece una copia exacta de la que en junio realizó Shamil Basáiev en la ciudad de Budiónnovsk. En aquella ocasión, el primer ministro, Víktor Chernomirdin, negoció con los guerrilleros, ordenó detener las acciones militares en Chechenia y permitió a Basáiev retirarse con sus hombres en autobuses en los que viajaban decenas de rehenes voluntarios entre ellos un grupo de diputados demócratas encabezado por el ex Defensor del Pueblo, Serguéi Kovaliov.

Esta vez, sin embargo, a juzgar por todo, no habrá concesiones a los chechenos. Las propuestas de mediación de Kovaliov han sido ignoradas y el ministro del Interior, Anatoli Kulikov, declaró que actuarán como sus colegas occidentales en estos casos. "Eliminaremos a los terroristas", dijo, antes de agregar que el presidente Yeltsin ya había dado su visto bueno para desencadenar la operación contra el grupo de Radúiev, a quien "hace tiempo que la tumba lo está esperando", remachó. Unos 4.000 soldados rusos han tomado posiciones cerca del hospital, haciéndose acompañar de carros y demás material pesado.

El general Kulikov anunció además que el Ejército ruso eliminará todas las bases conocidas de los partidarios de Dudáiev, que se encuentran en el sur, cerca de la frontera con Georgia. Esto significa la reanudación de las acciones militares a gran escala en Chechenia, cosa que ya se esperaba de todos modos. A ello apuntaba el nombramiento del duro Viacheslav Tijomírov como nuevo comandante de las fuerzas rusas en Chechenia.

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